Que sí, que no
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EL DIARIO digital
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La medida polariza las opiniones. Por un lado, sus defensores sostienen que se trata de un mensaje de austeridad necesario, una sintonía fina con el reclamo social de eficiencia y uso responsable de los fondos públicos. Por el otro, los críticos ven en esa acción un ajuste de "microescala" con un alto costo político.
Como sea, el intendente santarroseño, Luciano di Nápoli -montado en una nueva impronta-, inició un recorte silencioso dentro del municipio y ya no se provee yerba, café y pan para los empleados, sumado al fin del agua embotellada y el cobro del estacionamiento. El tiempo dirá si la jugada política de un ajuste "en la pava" fue un acierto o un error.