Uber Taxi
Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
"Quisiera que esto dure para siempre", parece que dijo el juez de Control santarroseño Néstor Daniel Ralli a la hora de inhabilitar de por vida a un empleado judicial que aceptó haber pedido plata a una persona para agilizarle un trámite.
En el marco de un juicio abreviado, el hombre fue condenado a dos años de prisión en suspenso e inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos, por haber solicitado dinero para acelerar las actuaciones para la restitución de un vehículo que estaba secuestrado.
Y como si eso fuera poco, además tendrá que devolver los 197.000 pesos que había percibido.