Cuatro hábitos para mejorar el descanso nocturno y despertar con más energía

Un buen descanso es fundamental para mantener la salud y el ánimo en equilibrio. Sin embargo, muchas personas se despiertan varias veces durante la noche y no logran un sueño reparador, lo que impacta en su energía diaria. Revisar rutinas y adoptar hábitos saludables puede ser clave para mejorar la calidad del sueño.

Según un estudio del Institute for Quality and Efficiency in Health Care de Alemania, una de cada cinco personas presenta algún trastorno del sueño. Cuando el problema es puntual —por estrés u otras tensiones— suele revertirse con mayor facilidad si se introducen cambios en la rutina. En otros casos, los síntomas persisten y se vuelven difíciles de abordar, mientras que la mayoría evita recurrir a medicación y busca alternativas naturales.

Entre los hábitos que pueden contribuir a un mejor descanso se destacan cuatro prácticas centrales. La primera es incorporar técnicas de relajación antes de dormir. Ejercicios de respiración y visualización de imágenes agradables, como propone la Sleep Foundation, ayudan a reducir la tensión y despejar la mente.

Una segunda recomendación consiste en identificar los factores que impiden recuperar energía. Evitar sustancias estimulantes desde la tarde, elegir cenas livianas con al menos dos horas de anticipación, realizar actividad física tres veces por semana y garantizar un dormitorio silencioso, ventilado y sin luces ayudan a conciliar mejor el sueño.

El tercer punto es mantener horarios estables. Acostarse y levantarse siempre a la misma hora favorece el control del sueño y evita la somnolencia del día siguiente. Para lograrlo, se recomienda usar el dormitorio solo como espacio de descanso, sin actividades laborales o recreativas que interfieran en el hábito.

Por último, es importante conocer cuántas horas se duerme habitualmente. Ajustar el horario de acostarse a ese patrón puede reducir la ansiedad nocturna y mejorar la calidad del descanso. En cuanto a las siestas, su conveniencia depende de cada persona: pueden aportar energía o, por el contrario, interferir en el sueño nocturno.

Adoptar estas pautas dentro de un estilo de vida saludable contribuye a un descanso más continuo y a comenzar el día con más vitalidad.