El Diario Electrónico

Hablar varios idiomas podría retrasar el envejecimiento, según un nuevo estudio

Escuchá esta nota

EL DIARIO digital

minutos

Un estudio reciente publicado en Nature Aging reveló que las personas que hablan más de un idioma presentan un envejecimiento más lento que quienes solo dominan su lengua materna. La investigación analizó datos de 86.149 personas de entre 51 y 90 años, residentes en 27 países europeos, para determinar cómo el multilingüismo influye en la salud cognitiva y física a lo largo del tiempo.

El trabajo se basó en encuestas que permitieron estimar si cada participante envejecía más rápido o más lento de lo esperado según sus condiciones de salud y estilo de vida. Los resultados mostraron un contraste marcado: las personas monolingües tenían más del doble de probabilidades de experimentar un envejecimiento acelerado, mientras que quienes hablaban al menos un idioma adicional eran hasta un 54% menos propensos a envejecer por encima de lo esperado.

Un "reloj de envejecimiento" para medir la salud integral

Los investigadores desarrollaron un modelo que combina factores físicos y cognitivos, denominado "edad bioconductual". Esta herramienta integra indicadores positivos —como nivel educativo, memoria y capacidad funcional— y negativos —como hipertensión, enfermedades cardíacas o pérdida de audición y visión— para calcular la velocidad de envejecimiento respecto de la edad real.

Tras analizar todas estas variables, el multilingüismo se mantuvo como un factor protector, incluso después de ajustar por educación, condiciones sociales, desigualdad de género, contaminación o contexto político. Además, el estudio identificó un efecto dosis-respuesta: cuántos más idiomas hablaba una persona, mayor era la protección frente al deterioro.

Cómo impacta el multilingüismo en el cerebro

Según los autores, hablar varios idiomas activa de forma constante diferentes redes cerebrales. Para comunicarse, una persona bilingüe o multilingüe debe alternar entre sistemas lingüísticos, lo que estimula funciones como la atención, la memoria y la flexibilidad cognitiva. Esa actividad habitual ayuda a preservar estructuras neuronales que suelen debilitarse con la edad.

Una evidencia sólida

El estudio aporta pruebas amplias y consistentes de que el uso cotidiano de más de un idioma puede contribuir a una vejez más saludable y activa. Sus conclusiones indican que aprender y practicar idiomas no solo mejora la comunicación, sino que también fortalece la mente y puede retrasar la aparición de signos de deterioro asociados al envejecimiento.

También te puede interesar...