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EL DIARIO digital
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Este hábito simple puede mejorar la saciedad, el control del peso y la energía diaria, según especialistas de Harvard y la Cleveland Clinic.
Incorporar avena al desayuno cada día durante un mes puede generar cambios notables en la rutina alimentaria y en la salud general. Este cereal, rico en proteínas, fibra y minerales, se consolidó como uno de los pilares de los desayunos saludables por su capacidad para brindar saciedad y energía sostenida.
De acuerdo con la Harvard T.H. Chan School of Public Health, la avena contiene beta-glucano, una fibra soluble que ayuda a reducir el colesterol LDL, estabilizar la glucemia y disminuir el riesgo cardiovascular. Una taza aporta alrededor de cinco gramos de proteína y cuatro de fibra, además de minerales como fósforo y magnesio.
La Cleveland Clinic resalta que su consumo regular prolonga la sensación de saciedad, reduce los antojos entre comidas y mejora la regularidad intestinal. Esto se traduce en un mejor control del apetito y un tránsito digestivo más equilibrado.
Cambios que puede generar un mes con avena
- Mayor saciedad: ayuda a llegar al almuerzo sin hambre excesiva, evitando los desayunos cargados de azúcares simples.
- Energía estable: al ser un carbohidrato complejo, libera energía de forma gradual, previniendo los picos de azúcar en sangre.
- Digestión saludable: la fibra soluble promueve una mejor función intestinal y previene el estreñimiento.
- Versatilidad: puede prepararse en versiones dulces o saladas, adaptándose fácilmente a distintos gustos y rutinas.
- Control del peso: estudios asocian su consumo frecuente con menor acumulación de grasa abdominal y una mejor regulación metabólica.
Más allá de sus beneficios nutricionales, incluir avena en el desayuno contribuye a estructurar hábitos más saludables y sostenibles, promoviendo un bienestar integral que se nota en la energía, el apetito y el equilibrio general del día.