Yogur griego casero en minutos: la receta más fácil y saludable

Solo dos ingredientes y unos minutos bastan para preparar un yogur cremoso, natural y perfecto para desayunos o postres.

El yogur griego se volvió un infaltable en las dietas saludables por su textura densa, su sabor suave y su alto valor nutricional. La buena noticia: no hace falta comprarlo. Con apenas dos ingredientes y un poco de paciencia, podés prepararlo en casa y disfrutarlo a tu gusto, con frutas, miel o granola.

A diferencia del yogur tradicional, esta versión se obtiene al filtrar el suero, lo que le da esa consistencia espesa y cremosa que tanto lo caracteriza. Solo necesitás un litro de leche entera (fresca o pasteurizada) y dos cucharadas de yogur natural.

Paso a paso:

- Calentar la leche: colocala en una olla y llevála a unos 85 °C (sin que hierva).

- Entibiar: dejá que baje la temperatura a unos 45 °C, apenas tibia al tacto.

- Agregar el yogur base: mezclá las dos cucharadas de yogur con un poco de leche tibia y luego incorporá todo al resto.

- Fermentar: tapá el recipiente y dejalo reposar en un lugar cálido (el horno apagado con la luz encendida funciona perfecto) entre 6 y 8 horas. Cuanto más tiempo repose, más espeso y ácido quedará.

- Colar: verté la mezcla en un colador cubierto con una gasa o filtro de tela y dejala escurrir en la heladera durante 1 a 2 horas.

- Guardar: conservá el yogur griego en un frasco hermético y mantenelo refrigerado hasta 5 días.

- El resultado: un yogur cremoso, natural y sin conservantes, ideal para acompañar tus desayunos o crear postres livianos y nutritivos.