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EL DIARIO digital
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Este martes, en una ceremonia celebrada en el Palacio de Itamaraty en Río de Janeiro, el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) firmaron un tratado que establecerá una zona de libre comercio entre ambos bloques, beneficiando a cerca de 300 millones de personas. La firma del acuerdo pone fin a ocho años de negociaciones.
La EFTA, que agrupa a Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein, países no pertenecientes a la Unión Europea, representará una nueva oportunidad comercial para el Mercosur, que aún espera ratificar un acuerdo similar con la UE. Juntos, los países de la EFTA tienen un Producto Interno Bruto (PIB) superior a 4,3 billones de dólares y un mercado de aproximadamente 300 millones de consumidores.
Durante la ceremonia, el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, destacó la importancia del acuerdo en un contexto global incierto, resaltando que "es posible fortalecer el multilateralismo y el libre comercio". Asimismo, el canciller brasileño, Mauro Vieira, calificó el tratado como "justo y basado en reglas claras", y el ministro de exteriores de Uruguay, Mario Lubetkin, lo describió como una "alianza estratégica".
El acuerdo beneficiará al 97% de las exportaciones entre ambos bloques. Se espera que impulse el comercio bilateral, proporcionando ventajas tanto para las empresas como para los individuos. Entre los puntos clave, la EFTA eliminará el 100% de los aranceles de importación sobre productos industriales y pesqueros provenientes del Mercosur. Por su parte, el bloque sudamericano tendrá un plazo de 15 años para reducir gradualmente los aranceles sobre productos industriales de la EFTA.
Además, la EFTA otorgará preferencias arancelarias inmediatas o liberalización total para productos agrícolas clave para el Mercosur, como café, carnes de vaca, aves, cerdo, etanol y vino.
El acuerdo abarca una amplia gama de temas, como el comercio de bienes y servicios, inversiones, propiedad intelectual, compras públicas, competencia, medidas sanitarias y fitosanitarias, y solución de controversias, entre otros. También incluye un capítulo dedicado al comercio y desarrollo sostenible.
Aunque el tratado fue firmado, su entrada en vigor dependerá de la aprobación parlamentaria en cada nación, un proceso que podría extenderse hasta finales de 2026 o más. No obstante, comenzará a aplicarse bilateralmente a medida que cada país apruebe las ratificaciones.
En 2024, el Mercosur exportó productos por 3373 millones de dólares a la EFTA, mientras que las importaciones alcanzaron los 3824 millones, siendo Suiza el principal socio comercial de la región.
