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EL DIARIO digital
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Cada vez es más común ver a niños comiendo frente a una pantalla, ya sea en casa o en un restaurante. Un estudio realizado en Barcelona por la Universitat Internacional de Catalunya advierte que casi uno de cada tres menores de entre 4 y 10 años (28,1%) utilizó el celular antes, durante o después de la comida.
Los investigadores observaron que el uso del teléfono se incrementa cuando no hay interacción entre adultos y niños: la probabilidad aumenta casi un 60% en esos casos. También se registró mayor frecuencia en familias jóvenes y con cuidadores varones, mientras que los locales que ofrecían juguetes o materiales para pintar lograban reducir el uso del dispositivo.
El problema va más allá de lo social: comer distraído puede alterar la sensación de saciedad, generar un exceso de calorías, favorecer el sobrepeso y disminuir el disfrute de los alimentos.
Los especialistas aclaran que no se trata de prohibir la tecnología, sino de equilibrar su uso. Algunas estrategias sencillas para lograrlo son:
- Fomentar la conversación familiar durante la comida.
- Proponer alternativas no digitales como cuentos o juegos.
- Dar el ejemplo: los adultos también deben guardar el celular.
- Establecer normas claras de "mesa sin pantallas".
De este modo, las comidas pueden transformarse en un espacio para compartir, educar y fortalecer vínculos familiares.