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EL DIARIO digital
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El mediático abogado se prepara para enfrentar uno de los casos más escabrosos de su carrera: el juicio contra el exmarido de Julieta Prandi por abuso sexual agravado. "No es solo un juicio, es una bisagra social", sentenció.
Fernando Burlando no es de los que se callan. Y esta vez, fiel a su estilo, elevó el tono antes del arranque de un juicio que promete sacudir pasillos judiciales y titulares por igual. Se trata del proceso que enfrentará desde este miércoles en Campana a Claudio Contardi, exesposo de Julieta Prandi, acusado por delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado. Pero para Burlando, esto va mucho más allá del Código Penal: "Este juicio nos da la oportunidad de hacer algo más que justicia", disparó con contundencia.
El letrado, que ya ha hecho del show judicial una marca registrada, no escatimó en calificativos para describir la causa: "Un caso horroroso, digno de un guion de perversidades inimaginables contra una mujer indefensa". Y añadió que la resolución marcará un antes y un después en la manera en que la Justicia aborda la violencia de género. "Del resultado veremos si somos o no mejores como sociedad", remató, en tono de cruzado judicial.
Julieta Prandi ya ha relatado públicamente el calvario que vivió durante su matrimonio con Contardi, pero ahora esos relatos entrarán al terreno de la prueba y el fallo. Burlando no dudó en poner el foco en la dimensión del daño: "Julieta ha padecido mucho más que un abuso. Dejó jirones de su salud mental en el camino".
Y fue más allá, al trazar un panorama de dominación total: "El abuso, la esclavitud emocional, la sensación de ser rehén de los deseos más bajos de un hombre en el que confió… eso tiene consecuencias irreversibles". Pero aclaró que no buscan recrear una escena morbosa, sino dejar en evidencia el infierno cotidiano que vivió su clienta: "Julieta tenía miedo de dormirse, porque sabía que era cuando más vulnerable estaba para ser atacada".
El aislamiento también fue parte de ese infierno: amenazas, control absoluto y la imposibilidad de ver a su familia, incluidos sus propios padres. "Fue una esclavitud en todos los sentidos", subrayó Burlando, sin filtro.
En modo cierre, dejó una frase que resume su estrategia y ambición: "Este juicio no es solo sobre Julieta. Es un emblema de lo que la sociedad y la Justicia deben observar. O reaccionamos ahora, o seguimos permitiendo estos calvarios".
El mensaje está claro: para Burlando, este juicio es una cruzada. Y va por una condena, sí, pero también por un mensaje. Uno que retumbe más allá de los tribunales.
