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EL DIARIO digital
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En una entrevista sin filtro con el historiador británico Niall Ferguson, el presidente argentino volvió a blandir su motosierra ideológica: promesas de libertad total, dardos contra la casta, obsesiones geopolíticas y un nuevo capítulo en su saga personal contra el wokeismo.
"Siempre pensé que los políticos eran horribles, pero la realidad es mucho peor". Con esa sutileza quirúrgica marca registrada arrancó Javier Milei su charla con Niall Ferguson. El presidente argentino no decepcionó: desplegó su arsenal completo de frases lapidarias, teorías de segunda (y tercera) generación y visiones apocalípticas sobre Europa. Todo servido con su habitual mezcla de tecnocracia, indignación y épica libertaria.
"Nuestro objetivo es convertirnos en el país más libre del mundo", disparó, como quien se propone bajar 30 kilos en una semana. Y explicó la receta del milagro argentino versión 2025: menos impuestos, más despidos, apertura comercial total. "Primero bajo los impuestos, después reformo el mercado laboral, y recién ahí abro la economía", detalló Milei, como quien sigue un tutorial de YouTube para arreglar la economía con un destornillador.
La libertad, según San Javier
Para Milei, todo se resume a una trilogía sagrada: gestión, competitividad y cultura. Si no se gana la "guerra cultural", advirtió, todos los logros económicos se esfuman "como lágrimas en la lluvia". Por si alguien dudaba, se encargó de remarcar sus logros: "Redujimos el gasto público un 30%, la economía creció 5,7% en el primer trimestre y cerca del 8% en el segundo. Bajamos la pobreza en más de 22 puntos. Sacamos a 11 millones de personas de la pobreza. Y 2 millones de niños ya no son pobres". Todo eso en apenas unos meses. A este ritmo, en Navidad fundamos Suiza.
¿Y quiénes son los héroes de esta revolución libertaria? Los jóvenes. "Fueron los primeros en rebelarse contra el statu quo y escapar al adoctrinamiento de la educación pública", dijo, en lo que sonó más a vendetta escolar que a diagnóstico sociológico.
Un mundo dividido entre uranio y unicornio
Milei se metió también en su tema fetiche: la geopolítica. Allí donde otros ven tratados y diplomacia, él ve una épica de buenos contra malos, con uranio de por medio. "¿Te daría igual si toda la producción de uranio quedara en manos de Corea del Norte o Irán?", preguntó, como si estuviera discutiendo en un foro de Reddit y no gobernando un país con 45 millones de personas.
Sobre el nuevo orden global, Milei visualiza un mapa repartido como un juego de Risk: "Estados Unidos liderará América, China Asia, y Rusia irá por su cuenta. Europa está complicada por culpa del wokeismo". Sí, otra vez el wokeismo, su enemigo favorito después del keynesianismo y los planes sociales.
Israel, judeocristianismo y el apocalipsis woke
En su mirada del mundo, hay un faro: Israel. "Nuestro estándar de acción en política pública está basado en la moralidad y la ética judeocristiana", afirmó. Y agregó que Israel sobrevivirá a todo, porque combina lo espiritual con lo material. En cambio, Europa, advirtió, será devorada por la "agenda posmarxista" y dejará de existir tal como la conocemos. No está claro si hablaba del continente o de Eurovisión, pero el tono fue apocalíptico igual.
Conclusión: Milei modo Milei
La entrevista fue, en definitiva, otro capítulo más de la saga Milei: libertario sin filtro, cruzado cultural, predicador del capitalismo salvaje y líder de un movimiento que, según él, ya salvó a medio país de la pobreza... en tiempo récord.
Ferguson escuchó. El mundo tomó nota. Y Milei, fiel a sí mismo, siguió gritando "¡Viva la libertad, carajo!", aunque el resto apenas haya entendido qué versión del mundo le estaba vendiendo.