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EL DIARIO digital
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Si alguien pensaba que Cristina Kirchner iba a dejar pasar las declaraciones del futuro embajador de Trump en la Argentina, Peter Lamelas, se equivocó. La expresidenta, en modo combate, le dedicó un extenso posteo en X y lo acusó de querer "jugar al sheriff" desde la embajada, metiéndose de lleno en la política argentina como si fuera su propio patio trasero.
El cruce arrancó después de que Lamelas todavía sin mudarse a Buenos Aires, pero ya tirando bombas prometiera en el Senado de Estados Unidos que viene a "vigilar a los gobernadores", "frenar acuerdos con China" y, por si faltaba algo, "asegurarse de que CFK reciba la justicia que merece". Cristina, en prisión domiciliaria tras la condena por la causa Vialidad, respondió rápido y sin filtro: "Lo único que le faltó fue decir que iba a designar tribunales él mismo. Ni Monroe se animó a tanto".
Pero el repertorio de Cristina no quedó ahí. Apuntó también a Donald Trump dueño de Mar-a-Lago, 24 cargos criminales y amigo de Milei, y le recordó al mundo que sigue esperando la lista de Epstein. "Primero deberían limpiar su casa, antes de opinar sobre la nuestra", disparó.
No se salvó ni Kristalina Georgieva, la titular del FMI, a quien acusó de "blanquear" que los argentinos "deben votar bien", dejando claro para quien todavía lo dude que la campaña en la Argentina ya no la hacen los Milei, sino "Washington y el Fondo Monetario".
Para el final, Cristina dejó un dardo marca registrada: "Las Fuerzas del Cielo y los tuiteros malos eran para la gilada los que mandan en la Argentina de Milei son Las Fuerzas del Norte". Y como quien no quiere la cosa, le recordó al Presidente que siempre necesitó "supervisión y acompañamiento profesional", aunque, según ella, no exactamente este.
El mensaje es claro: el ring está abierto, los guantes están fuera, y la pelea ahora internacional recién empieza.