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EL DIARIO digital
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Una noticia de profundo dolor sacudió este miércoles al fútbol argentino y a todo el continente: a los 69 años de edad, falleció Miguel Ángel Russo, una de las figuras más respetadas y queridas del deporte nacional, quien actualmente era el director técnico de Boca Juniors.
Russo murió este miércoles por la tarde luego de batallar contra una grave enfermedad que le había sido diagnosticada originalmente en 2017 y que tuvo un deterioro en las últimas semanas. El entrenador, oriundo de Lanús, se encontraba desde fines de septiembre con licencia médica, siendo reemplazado por su ayudante de campo, Claudio Úbeda.
En las horas previas a su deceso, Boca Juniors había emitido un comunicado informando sobre el "delicado estado de salud" de su DT, que permanecía bajo "internación domiciliaria con pronóstico reservado". Russo venía lidiando con un cáncer de próstata que se había extendido a la vejiga, sumándose en el último tiempo infecciones y cuadros de deshidratación.
Una carrera con sello de campeón
La trayectoria de Miguel Ángel Russo es ineludible en la historia del fútbol. Como jugador, fue un destacado mediocampista defensivo y capitán de Estudiantes de La Plata entre 1975 y 1988.
Como entrenador, su carrera fue extensa y exitosa. Dirigió a más de 17 equipos, incluyendo a Estudiantes de La Plata, Vélez Sarsfield, Lanús, Racing Club y, con un vínculo inquebrantable, Rosario Central, club en el que dejó una huella imborrable. En el ámbito internacional, dirigió en Colombia, Perú, Paraguay y Arabia Saudita.
Su momento de mayor gloria fue en su primera etapa en el "Xeneize" en 2007, donde conquistó la Copa Libertadores con un equipo memorable. Además, logró títulos en su segundo paso por el club entre 2020 y 2021 (una Superliga y una Copa de la Liga). En 2017, mientras dirigía a Millonarios de Colombia, superó su cáncer de próstata y, dos días después de una sesión de quimioterapia, se coronó campeón.
El mundo del fútbol se ha movilizado para despedir a "Miguelo", recordando su compromiso, su sabiduría y su espíritu luchador, inmortalizado en frases como "Todo se cura con amor".