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EL DIARIO digital
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Cuando Gabriel Bazán pitó el final del partido, la mayoría de las futbolistas de ambos equipos se saludaron. Parecía que no iba a haber problemas a pesar de que adentro de la cancha el encuentro había tenido momentos de tensión y pierna fuerte.
Sin embargo, la ex Belgrano y Centro Oeste, Antonella Menéndez se acercó a la defensora de All Boys, Yanina Kowalczuk y la agredió. Marina Díaz respondió por su compañera y luego se sumaron las hermanas Belén y Natalia Campo, de Rumbo a Vélez.
En esa gresca, la que ligó fue la juvenil Lucía Schab que en su afán de separar recibió un castigo de una jugadora piquense.
La situación se fue de las manos. Menéndez estaba incontrolable y quiso continuar con la pelea en la zona de vestuarios. Mientras tanto, el grupo de gente que había llegado desde General Pico se agrupó afuera de los vestuarios y se generó un entredicho con la gente alboyense.
La oficial de la policía que estaba a cargo del operativo solicitó refuerzos que llegaron rápidamente para calmar las aguas.
El domingo ya se había vivido un hecho violento en el encuentro entre All Boys y Sarmiento. No es la primera vez que sucede en el fútbol femenino y en ello deberán trabajar los clubes, las autoridades y, por supuesto, las futbolistas deberán asumir que representan a instituciones deportivas.