Deportes

Un campeón Sub 20 en casa

Bruno Cabral, ganador con Boca de la Copa Libertadores de la categoría en Chile, se reunió con su familia que lo recibió con honores.

Escuchá esta nota

EL DIARIO digital

minutos

"Siempre lo acompañé a todos lados. Y voy a ir con él a dónde sea". Mónica Cabral está con la camiseta suplente de Boca, la blanca, afuera de su casa. Se puso coqueta porque le quiere dar un abrazo grande, fuerte e interminable, a su hijo Bruno, ahora que es campeón de la Copa Libertadores de América U20.

En la casa de la calle Víctor Lordi, a dos cuadras de la cancha de Atlético Santa Rosa donde nació todo, poco a poco llegan los familiares. "Viene retrasado porque hay cortes en la ruta. Tendría que haber estado acá hace un rato", dice Sofía, amiga de la familia y que movió en cuestión de horas este pequeño pero sentido recibimiento a un chico de 19 años que desde hace cuatro está en la pensión Xeneize y que aspira a tocar un balón en La Bombonera en un partido oficial de primera. 

Pasadas las 15 horas una amiga de Mónica aparece y hace señas de luces en el Nissan negro. Parece una taxista pero es apenas una onda para sumar al momento. Atrás viene Bruno, el campeón, que baja y con su figura radiante y feliz, abraza a uno por uno. La madre, el padre, los amigos… 

El domingo el equipo de Sergio Rudman venció 2-0 a Independiente del Valle para conquistar por primera vez la versión junior de la Copa Libertadores. Y Bruno fue protagonista directo de la conquista en un grupo que supo cómo jugar cada partido para gritar campeón en La Serena.

"No puedo creer que esté pasando este momento acá", cuenta Bruno después de saludar a todos y cada uno de los que esperaban mientras se colaba "y dale dale dale dale dale dale Boca…".

"Estoy muy contento con lo que logramos con los chicos. Y es re lindo esto que pasa, este momento de encontrarme con los que están siempre conmigo, mi familia, mis amigos, mi mamá, mi papá… Esto recién comienza y ahora hay que ponerse a pensar en lo que viene" dice.

El atacante está de frente a un lateral del Mateo Calderón. Y hacia ahí mira para responder. "Cuando era chico arranqué en la canchita de Santa Rosa. Arranqué solo y me integraron desde la dirigencia" recuerda. "De ahí me llamaron desde Mac Allister y después llegué a Boca gracias a un scouting. Cuando me vieron me dijeron un jueves que el domingo tenía que estar en Buenos Aires para sumarme a Boca".

El amor por la azul y oro viene de su padre. Cuenta Bruno que su padre le transmitió la pasión. Y que desde los 2 años ya era Bostero. "Mi viejo me hizo hincha desde un primer momento. Estoy muy contento de serlo y sobre todas las cosas de poder defender los colores como deben ser".

Después de contar que en la final Boca se hizo respetar y que apenas hubo que esperar a que pasen diez minutos para saber el comportamiento del adversario, dijo que el título llegó porque "se impuso respeto".

"Nos pudimos defender e hicimos que nuestros colores y nuestro juego se respeten dentro de la cancha. La copa se vino para Argentina" confiesa.

También te puede interesar...