El problema de las emisiones de Gases Efecto Invernadero y la política mundial

Por Florencia Srur (*)

Todos los años, desde 1995, se celebra la Conferencia de las Partes (COP) contra el Cambio Climático, que reúne a 198 países (o partes) signatarios del Acuerdo de París. Este acuerdo tiene como objetivo la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y la implementación de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Durante estas conferencias, los países colaboran para acordar acciones destinadas a evitar que la temperatura media global del planeta aumente más de 2°C. En este momento, la COP28 se está llevando a cabo en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, generando controversia debido a su ubicación en un país altamente dependiente de los hidrocarburos.

Es crucial contextualizar algunos aspectos. Los GEI, como el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), son gases naturalmente presentes en la atmósfera que regulan la temperatura del planeta. Sin embargo, las actividades humanas, especialmente desde la Revolución Industrial, han provocado un aumento en estos gases, contribuyendo al calentamiento global. El CO2, liberado principalmente por la quema de combustibles fósiles, y el CH4, proveniente de la industria agrícola y ganadera, así como la gestión inadecuada de residuos sólidos urbanos (RSU), son especialmente problemáticos debido a sus altas emisiones.

A pesar de la evidencia científica que respalda nuestra responsabilidad en el cambio climático, las acciones para reducir emisiones y mejorar la absorción de gases se ven obstaculizadas por factores socio-político-económicos. En la COP28, las controvertidas declaraciones de un líder de Emiratos Árabes Unidos, país anfitrión, suscitaron preocupación al promover discursos negacionistas que no concuerdan con la urgencia global del problema. Este desafío es aún más crítico considerando las predicciones de 1200 millones de refugiados climáticos para 2050, personas desplazadas debido a eventos climáticos extremos relacionados con el cambio climático.

Además, en anteriores COP, países económicamente vulnerables han solicitado a naciones más desarrolladas y contaminantes (¿casualidad?), la creación de un sistema de canje de deudas externas por servicios ambientales. Este mecanismo permitiría a países latinoamericanos y del Caribe utilizar los fondos destinados al pago de deudas para implementar medidas de adaptación y mitigación, como el desarrollo de energías renovables y la conservación de recursos naturales.

Finalmente, es relevante destacar que el gobierno saliente presentó el nuevo Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI) durante la COP28. Según los datos de 2023, las emisiones totales han aumentado, siendo el sector agrícola responsable del 45%, igualando la proporción del sector energético. Estos datos subrayan la necesidad de acciones urgentes para abordar las emisiones en el sector agrícola y promover políticas ambientales eficaces.

No estamos libres de culpa y no es momento para mirar para otro lado. No al negacionismo, sí a las políticas ambientales y sí a nuestra supervivencia y la de demás seres vivos en este planeta.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN°365