Ambiental

Caldén no, Huitrú

En la columna ambiental de hoy hablaremos sobre nuestro árbol endémico, único en el mundo, el Huitrú.Por Florencia Srur (*)

Escuchá esta nota

EL DIARIO digital

minutos

Al reflexionar sobre las problemáticas que afectan a los bosques, es común que primero pensemos en la deforestación indiscriminada o los incendios, como los que actualmente están ocurriendo en varias provincias del país. Sin embargo, existen otras problemáticas que debemos tener en cuenta, como la introducción de especies de flora y fauna que pueden desequilibrar o alterar el ecosistema nativo. Una forma de perturbar un ambiente es mediante un cambio en el uso del suelo, lo cual implica reemplazar lo que existe por algo diferente. En el caso de los bosques, esto se logra a través de la deforestación o quemas (que, si no se controlan, pueden ocasionar incendios), para luego utilizar ese suelo para actividades como cultivos o construcciones. Otra causa de deforestación es el aprovechamiento de la madera de calidad del bosque para la fabricación de muebles, durmientes, leña, postes, entre otros. En muchas ocasiones, ambas acciones se combinan, transformando por completo y de manera indefinida un paisaje. Es comprensible que algunas personas piensen que necesitamos madera para construir y alimentos para comer, y lo entiendo. Sin embargo, en casos de conflicto entre lo que deseamos y cómo lo llevamos a cabo, es importante replantear el concepto de sustentabilidad.

Habiendo hecho esta breve introducción, imaginemos que estamos caminando por la provincia de La Pampa y observamos a lo largo de la ruta los remanentes del pastizal natural de la ecoregión pampeana, junto a un paisaje de extensas llanuras dedicadas a cultivos agrícolas. De repente, nos encontramos con un árbol que nunca antes habíamos visto. Es robusto, con una madera dura y densa que posee un alto poder calorífico, similar a los objetos artesanales conocidos como "arbolitos de la vida". Llamaremos a este árbol "Huitrú" o, debido a su gran poder calorífico, "Caldén".

El Huitrú, cuyo nombre científico es Netulma caldenia, pertenece al género Netulma, que incluye especies de árboles similares, como el mencionado anteriormente, los algarrobos y el ñandubay. Estas especies se distribuyen en una amplia zona del país conocida como ecoregión del Espinal. En el caso particular de La Pampa, el Huitrú abarca casi el 50% de toda la provincia. En el pasado, se llevó a cabo una explotación desmedida de la madera para la producción de durmientes y muebles, así como para expandir la frontera agropecuaria. Sin embargo, en tiempos más recientes de la historia de La Pampa, el Huitrú se ha utilizado para la producción silvopastoril (silvo = bosque, pastoril = ganado vacuno), lo cual ha tenido un impacto significativo en la extensión del bosque.

Netulma caldenia es una leguminosa, similar a las chauchas, habas o lentejas, pero su semilla tiene una corteza muy gruesa que requiere de un agente externo para activarse. Ese agente puede ser el fuego (sí, el fuego es un componente natural del sistema, aunque los incendios no lo sean) o el contenido ácido de los estómagos de las vacas. Es importante tener en cuenta que las vacas son trasladadas y comercializadas, y su desarrollo puede tener lugar en diferentes establecimientos. Por lo tanto, cuando una vaca se traslada y defeca en otro lugar, nace un nuevo Huitrú. Es por esta razón que el Huitrú es uno de los pocos bosques en el mundo donde la presencia de árboles aumenta en lugar de disminuir. Algunas personas podrían pensar: "¡Genial! Más árboles significan una mayor captura de carbono y contribuyen a mitigar el cambio climático". Aunque es cierto, no necesariamente es correcto. Como mencionamos antes, cada ambiente se encuentra en equilibrio con sus especies nativas, y la expansión del Huitrú hacia otras regiones puede llegar a tener un impacto negativo en la estabilidad de esos ambientes.

No existen especies malas ni buenas, solo hay especies que pertenecen naturalmente a un determinado ambiente debido a las características climáticas, geológicas y del suelo. Las demás especies del mundo no tienen la culpa de nuestros malos manejos y nuestra poca capacidad de medir consecuencias de nuestras acciones.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPn° 365

También te puede interesar...