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Lo denunció por violento, pero después avisó que volvería a convivir

Durante el proceso, fueron confirmadas las acusaciones hacia el agresor. La Fiscalía buscó avanzar con un acuerdo de partes que contemple una pena, pero se encontró con la negativa de la víctima.

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EL DIARIO digital

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General Pico (Agencia) - La jueza de Control, Jimena Cardoso, condenó un joven de 22 años a la pena de un año de prisión en suspenso, pero no le impuso medidas de restricción de acercamiento porque la víctima buscó durante el proceso impedir una condena y, al mismo tiempo, advirtió a los investigadores que volvería a convivir con su agresor.

Las partes avanzaron igualmente con el acuerdo de partes por los delitos de "violación de domicilio, amenazas agravadas por el uso de arma y lesiones leves agravadas, daño y amenazas simples".

El legajo investigado en los Tribunales de Pico es un fiel reflejo del círculo de la violencia por el que atraviesan cientos de mujeres, que denuncian o requieren apoyo policial cuando ocurren los episodios que ponen en riesgo sus vidas, pero pasado un tiempo se arrepienten y hasta llegan a culparse por las agresiones que reciben.

Son historias que se reiteran en la Justicia y que, a pesar de contar con herramientas para acompañar a la víctima en el proceso, en muchas ocasiones la propia mujer intenta boicotear para regresar a la convivencia o relación de pareja con el violento.

La pareja convivió en esta ciudad por alrededor de un año, hasta que los episodios violentos forzaron la separación, con una restricción de acercamiento hacia el joven oriundo de la provincia de Córdoba.

Ella, que a pesar de su corta edad ya tenía antecedentes de convivir en contextos violentos, comenzó a salir con otro joven y esta situación desató la ira de su ex pareja, que reiteró los ataques.

Hechos

Según investigó la fiscala Ivana Hernández, el 14 de mayo de este año el joven ingresó por una ventana a la casa donde la mujer dormía con su nueva pareja.

Ya dentro de la vivienda, el agresor ingresó al dormitorio y trató de sacar al otro muchacho del lugar, para luego tomar un cuchillo de la cocina y amenazar con matarlos.

"Se van a morir todos, están todos en peligro, les aviso eso no más", amenazó el joven mientras su ex pareja saltaba por la ventana para pedir ayuda a la policía.

Dos días después, la justicia formalizó al violento por "amenazas agravadas y violación de domicilio", mientras que le impuso una restricción de acercamiento por 90 días.

En el mes de junio y ya con una restricción de acercamiento, el joven regresó a los episodios de hostigamiento, intentó hablar con ella para retomar la relación y en ese contexto la agredió físicamente, escapó y regresó por la noche para romper aberturas del inmueble con la intención de ingresar.

En esa oportunidad, el agresor le recordó a la víctima que era "la última noche, que iba a saber lo que era capaz de hacer".

Negativa

Con la investigación avanzada y los hechos ya determinados, la Fiscalía buscó avanzar con un acuerdo de partes que contemple una pena, pero se encontró con la negativa de la víctima, quien rechazó la posibilidad de algún tipo de restricción de su agresor, con quien pensaba retomar la relación.

Tras una entrevista con la Oficina de Atención a la Víctima, la mujer desechó también las posibilidades de contención psicológica.

El informe elaborado por dicha Oficina puntualizó la situación y contexto de violencia en que se encuentra inmersa la víctima, quien dio cuenta repetidamente de su retractación y negativa a participar en el proceso penal.

Tal es así que, pese a las reiteradas citaciones formuladas desde Oficina Judicial a fin de lograr entrevistarla, la denunciante no compareció.

La negativa de la mujer fue expuesta por la fiscala al presentar el acuerdo, oportunidad en que manifestó que, al ser entrevistada por personal a su cargo, expresó no querer continuar con la causa, que su psicóloga le hizo ver que ella misma provocó la situación, que tiene intención de volver con el imputado y que no le tiene miedo.

Asimismo, expuso que no quiere que le impongan reglas de conducta al agresor porque, cuando salga, van a estar juntos.

Sin el acompañamiento de la denunciante, las partes avanzaron en el acuerdo que finalmente la jueza Cardoso convalidó.

En el mismo, se consideró al joven de 22 años autor y materialmente responsable de "violación de domicilio, amenazas agravadas por el uso de arma y lesiones leves agravadas, daño y amenazas simples", todos delitos cometidos en los dos legajos iniciados.

La pena impuesta fue de un año de prisión en suspenso, pero como reglas de conducta solo le requirieron fijar domicilio.

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