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EL DIARIO digital
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El abogado Roberto Herrera, defensor de Víctor Manzanares, el excontador de la familia Kirchner, rechazó de forma categórica este viernes las versiones que sugieren que su cliente fue víctima de supuestas presiones o torturas para forzar su declaración en el marco de la Causa Cuadernos.
"Claramente que no es verdad. Ya estaba cerrado el acuerdo, no necesitaba más nada para hablar", afirmó Herrera, desmintiendo así la grave acusación realizada por la expresidenta Cristina Kirchner.
En una entrevista con radio Mitre, el letrado detalló el proceso que llevó a Manzanares a convertirse en imputado colaborador y aseguró que la iniciativa surgió de la defensa. "Yo fui a golpear la puerta, la mesa de entrada, para decir: 'Mi asistido quiere ser imputado colaborador'. El que se acerca es la defensa", explicó.
Presencia de la defensa y críticas a CFK
Herrera también aseguró que nunca existió una situación en la que Manzanares estuviera a solas con el fiscal Carlos Stornelli o el juez Claudio Bonadio, y garantizó que la defensa estuvo presente en todo momento.
Consultado sobre la posibilidad de presiones por parte de los funcionarios judiciales, el abogado fue enfático. "No existe forma de que pase eso, si lo aprietan a Manzanares o me aprietan a mí para que Manzanares declare, lo primero que tengo que hacer es recusarlo", sostuvo, agregando que, de haber existido alguna coacción, la habría denunciado y recusado con pruebas.
El letrado cuestionó además la comparación que realizó la expresidenta entre la situación de Manzanares y los episodios más oscuros de la historia argentina: "La verdad que me dio mucha tristeza que la expresidenta compare esta situación que le pasó a Manzanares con la época más oscura de nuestro país. Eso es una locura, es demencial de pensarlo nada más". Y añadió: "Creo que peor tortura que la que le hizo pasar ella a su propio contador no existe, porque va detenido por un mail que le hace hacer ella".
Sobre el estado procesal de su defendido, Herrera precisó que Manzanares "está excarcelado", y que se encuentran "esperando que pase la segunda parte de cuadernos a debate" y la situación en la causa Los Sauces.
El abogado también relató las dificultades que su cliente enfrentó como testigo protegido: "Nosotros lo sacamos de esa situación porque era terrible lo que pasaba. No lo podíamos ver, no podía ver su familia, no teníamos contacto". A pesar de negar amenazas de muerte, reconoció que Manzanares fue objeto de acoso: "Siempre gente lo insultaba, le gritaban cosas en la casa, pasaban... Él no estaba tranquilo y de hecho no vive tranquilo igual", lamentó.
La acusación de Cristina Kirchner
A través de sus redes, Cristina Kirchner calificó el avance de la Causa Cuadernos, que ingresó en etapa de juicio, como una "opereta judicial" e indicó que a los "arrepentidos" habría que llamarlos "extorsionados", o incluso "torturados".
La expresidenta señaló que uno de ellos fue aislado en una celda "sin ventanas, bajo un reflector encendido las veinticuatro horas del día" en lo que denominó "tortura blanca", un método diseñado "para quebrar la mente sin dejar marcas visibles". Concluyó que esto ya no es lawfare, sino "persecución política con métodos propios de las dictaduras".
Manzanares, contador oriundo de Río Gallegos, Santa Cruz, fue aceptado como imputado colaborador tras haber solicitado declarar como arrepentido en seis ocasiones en Comodoro Py. Un fallo de la Sala I de la Cámara Federal lo definió como una "figura emblemática en el manejo de los negocios" de Daniel Muñoz, exsecretario de Néstor Kirchner.
Según la acusación judicial, Manzanares integró directorios de sociedades como Madaco y Cayuqueo, utilizadas para adquirir propiedades en el país. En paralelo, con una estructura offshore, se habrían utilizado 70 millones de dólares para comprar 14 departamentos en Miami y Nueva York.