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EL DIARIO digital
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A partir de las 9 de mañana comenzará la acreditación de los congresales que participarán en el club Obras Sanitarias del cónclave de la CGT que tiene como objetivo elegir sus nuevas autoridades. En lo único que todos coinciden es en la necesidad de mantener la unidad de la central obrera. El punto es que a partir de qué se construye o se sostiene esa unidad, si es solo para el diálogo como hasta ahora con la Casa Rosada o para la confrontación con el gobierno que impulsa, entre otras leyes, la reforma laboral. Esto, que todavía es materia de discusión, determinará el formato de la futura conducción y, por supuesto, los posibles nombres de los que la integren. El desafío es alcanzar un consenso que supere las tensiones que fueron creciendo en estas últimas semanas entre los diferentes sectores internos y alejar el fantasma de una posible fractura.
Los gremios más grandes en cuanto a cantidad de afiliados, conocidos como Gordos (comercio, sanidad, entre otros) e Independientes (Uocra, UPCN y Obras Sanitarias), corren con ventaja si sólo se considera la cantidad de congresales que suman a la hora de una posible votación. Estos, más proclives al diálogo que a la acción directa, envían mensajes de advertencia al resto de los gremios sobre la falta de temor a ir a una votación, algo inusual en estos congresos. Incluso dejaron circular nombres de un posible triunvirato que incluye dirigentes como Jorge Sola del sindicato del Seguro, Cristian Jerónimo (Vidrio) y Maia Volcovinsky de Judiciales. Lo cierto es que este trío no es del agrado de la mayoría. Es más, a Hugo Moyano no le gustaría perder una de las sillas de este triángulo de conducción.
El punto es que la discusión más profunda pasa por el perfil de la CGT. El triunfo libertario del 26 de octubre desarmó todo lo que se pensaba con respecto a los tiempos políticos. Es más, incluso los que impulsan estos candidatos a triunvirato consideran que ya no tiene sentido porque estaban pensados para un escenario de triunfo del peronismo. Otros, prefieren decir que esos nombres propuestos le dan carnadura al refrán que dice que "en que entra como Papa, sale como cardenal".
De todas formas, la amenaza real que significa la reforma laboral que promueve Milei hace repensar a más de uno de la conveniencia de continuar con ese perfil ultra dialoguista. Los que no lo respaldan lo dicen con claridad.
"Algunos pretenden priorizar el diálogo por sobre el conflicto pero nadie negocia con débiles. En este contexto la confrontación es indispensable para poder forzar la realidad. Es más, da la sensación que en la CGT hay quienes parecen cuidar el atril", afirmó el titular del gremio de Pilotos, Pablo Biró.
Mario "Paco" Manrique, secretario general adjunto del Smata, resaltó que hace años que la CGT no tiene un líder y advirtió que "la falta de un mensaje claro ante el pueblo trabajador pone en riesgo su posición en la sociedad. Espero que los compañeros y compañeras puedan alcanzar acuerdos internos que permitan una conducción con otra impronta, con un mensaje más fuerte ante las políticas que se aproximan", afirmó.
El titular de La Bancaria, Sergio Palazzo, se expresó en el mismo sentido pero además dijo que el formato de una conducción tripartita ya no tenía sentido: "Nosotros somos afines a que haya un solo secretario general. El triunvirato fue una transición. En caso de una votación, vamos a votar por el unicato", afirmó.
Desde la UOM advierten que se impone la necesidad de contar con un programa que aglutine y guíe las acciones de la nueva conducción de la CGT. Lo dice Abel Furlán cuando plantea que ese programa debe incluir la defensa del salario y su poder adquisitivo; paritarias libres y frenar la deuda externa. Furlán afirmó a este diario que es preciso discutir la deuda que produjeron los gobiernos de Macri y ahora de Milei porque de no haber una estrategia que la frene no se podrá generar un proyecto de desarrollo industrial para el país. "Se van a hipotecar 20 generaciones y por eso este es un tiempo de rebeldía ", indicó el dirigente metalúrgico.
Quedan pocas horas para darle certidumbre al futuro inmediato de la CGT. Anoche, diferentes sectores consideraban que se haría todo lo posible por lograr la unidad, pero también recordaban que no sería la primera vez que se produjera una fractura ante la incapacidad para generar un proyecto común.