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Bullrich amenazó con aplicar el derecho de admisión a un colaborador de "Chiqui" Tapia

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, elevó la apuesta en su cruzada contra la violencia en el fútbol, exigiendo disculpas a un dirigente cercano a Chiqui Tapia bajo amenaza de aplicarle el derecho de admisión a los estadios. La medida genera un nuevo foco de conflicto en el siempre convulsionado mundo del fútbol argentino.

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EL DIARIO digital

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El fútbol argentino suma un nuevo capítulo de confrontación, esta vez con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en el centro de la escena. En una decisión que resonó fuerte en los pasillos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Bullrich lanzó una advertencia directa a un colaborador clave de Claudio "Chiqui" Tapia, presidente de la entidad madre del fútbol nacional. La ministra fue tajante: si el dirigente en cuestión no ofrece disculpas públicas por presuntas actitudes violentas o incitación a la violencia, se le aplicará el derecho de admisión, impidiéndole el ingreso a cualquier estadio del país.

Esta medida se enmarca en la férrea política del Gobierno nacional para erradicar la violencia en el deporte, una lucha que ha tenido a Bullrich como una de sus principales impulsoras. La ministra ha manifestado en reiteradas ocasiones su decisión de no tolerar ningún acto que atente contra la seguridad en los espectáculos deportivos, y esta acción contra un hombre del círculo íntimo de Tapia busca enviar un mensaje contundente a todo el ambiente futbolístico.

La exigencia de disculpas y la amenaza de aplicar el derecho de admisión genera un foco de tensión inminente entre el Ministerio de Seguridad y la cúpula de la AFA. Si bien no trascendió el nombre específico del dirigente, el hecho de que sea alguien cercano a Tapia eleva la magnitud del conflicto, que podría tener repercusiones en la relación entre el Estado y la máxima entidad del fútbol argentino.

Desde el Gobierno, se busca dejar en claro que no habrá excepciones en la aplicación de las normativas de seguridad, sin importar el cargo o la influencia de la persona. Esta postura inflexible busca fortalecer la imagen de una lucha sin cuartel contra los violentos, esperando generar un efecto disuasorio en todo el espectro del fútbol.

Ahora, todas las miradas están puestas en la respuesta del colaborador de Tapia y en cómo la AFA manejará esta situación. La decisión de Bullrich promete reavivar el debate sobre la violencia en el fútbol, la autonomía de las instituciones deportivas y el rol del Estado en su control.

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