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EL DIARIO digital
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En el tramo final de la campaña, el gobernador Sergio Ziliotto asume el mando del peronismo más que nunca, el economista Adrián Ravier redobla su discurso libertario en el medio de los escándalos nacionales y el radical Federico Guidugli intenta consolidarse como una voz joven de la oposición, amenazado por la posible polarización del electorado.
La recta final hacia el 26 de octubre exhibe tres estrategias distintas. El oficialismo provincial se apoya en la figura del gobernador y la gestión. Los libertarios, en la visibilidad de las redes y el discurso disruptivo. El radicalismo, ensaya un discurso racional basado en la educación y la defensa de los derechos provinciales. En un clima social volátil, la política pampeana acelera hacia las urnas con más dudas que certezas.
Ziliotto en el centro: el peronismo apuesta a la gestión
El peronismo pampeano encara la recta final de la campaña con una consigna clara: reforzar la identidad provincial frente al ajuste nacional. En ese tablero, el gobernador Sergio Ziliotto se colocó en el centro de la escena y se convirtió en el principal activo electoral del frente Defendemos La Pampa.
En los últimos días, el mandatario combinó anuncios de gestión, cortes de cintas y cruces directos contra el gobierno de Javier Milei, con un tono que busca encarnar la defensa de los intereses pampeanos.
"Hay dos alternativas: o se defiende La Pampa, o se permite que la sigan castigando", dijo la semana pasada durante la inauguración de la Estación de Servicio Municipal de Santa Rosa, flanqueado por el intendente Luciano di Nápoli, que acompañó y colocó en pausa sus diferencias.
Allí también remarcó que la deuda que Nación mantiene con la provincia "supera los 400 mil millones de pesos", y subrayó que "La Pampa demuestra que otra Argentina es posible: con equilibrio fiscal sin ajuste, con derechos y con un Estado que da respuestas".
La estrategia del oficialismo apunta a capitalizar la imagen alta del gobernador y trasladar parte de ese caudal a la candidatura de Abelardo Ferrán, quien encabeza la lista a diputado nacional. Ferrán, de bajo nivel de conocimiento público, recorre localidades y sectores sociales, intentando poner rostro y voz a la continuidad del modelo provincial. Aunque en los carteles la foto más grande sigue siendo la del gobernador.
En sus últimas apariciones, el candidato reivindicó el legado productivo y social del peronismo. En General Pico, acompañado por la CGT, advirtió que "el gobierno de Milei viene por la reforma laboral y previsional", y en su visita a la Zona Franca alertó sobre el impacto de las políticas nacionales en las pymes: "Las decisiones de Nación destruyen la competitividad local".
El discurso de Ferrán se enlaza con el de Ziliotto: defensa del trabajo, de la producción y del rol del Estado provincial. Ambos buscan instalar la idea de una Pampa que resiste desde la gestión y la autonomía política. Aunque persisten tensiones internas y algunos históricos como Carlos Verna mantienen perfil bajo, el peronismo llega al tramo final más cohesionado que meses atrás. En su lectura, la elección es una oportunidad para consolidar liderazgo provincial y mostrar a Ziliotto como referente de un peronismo con impronta federal.
Ravier dobla en la curva: provocación, redes e internas libertarias
En el extremo opuesto del tablero, el libertario Adrián Ravier atraviesa un tramo final accidentado. Su campaña osciló entre la hiperactividad digital, la polémica discursiva y las tensiones internas, que incluyeron la salida de integrantes de su equipo y cambios en el manejo de prensa.
Economista y docente universitario, Ravier sigue aferrado a la figura de Milei y a la narrativa del liberalismo puro. La semana pasada acompañó al presidente en su patético recital, en el Movistar Arena. En sus redes, especialmente en X (ex Twitter), repite consignas de fuerte tono ideológico: "Menos Estado, más libertad, más producción" o "No somos radicales reciclados ni peronistas arrepentidos".
En los primeros días de octubre retomó con fuerza un discurso que combina crítica al gobierno provincial, defensa de las políticas nacionales y descalificación de la dirigencia tradicional. "Cuento las horas para estar en el Congreso y poder votar esta reforma laboral y tributaria", escribió en X en las últimas horas, extendiendo su prédica liberal al ámbito laboral.
Su campaña territorial fue escasa y tuvo momentos tensos que justificaron su recelo a caminar la calle. En General Acha, un acto en la Asociación Rural terminó con un escrache y cruce verbal en la puerta. "Hay sectores que quieren impedir el cambio con agresiones, pero nosotros vamos a responder con ideas", declaró después.
El pasado 7 de octubre, en una extensa entrevista, Ravier salió a respaldar a Espert en medio del escándalo por el financiamiento narco: "Yo le creo, y confío en que la verdad se va a imponer", afirmó. "No somos lo mismo", justificó la renuncia posterior del apuntado.
La semana pasada, encabezó un acto en la Fundación Pensar, junto a referentes del PRO local, donde subió el tono: calificó al gobierno pampeano de "soviético", habló de "ensobrados de siempre" en los medios y celebró el apoyo de Donald Trump a Milei. Su objetivo: reavivar la base libertaria y mantener la visibilidad en redes, donde concentra la mayor parte de su militancia.
Sin estructura sólida ni presencia territorial extendida, Ravier apuesta a provocar para instalar agenda. Su desafío es superar el desgaste interno y convertir exposición mediática en votos reales en una provincia históricamente ajena a las derechas liberales.
Guidugli, el llanero solitario: educación, derechos y renovación
En el frente Cambia La Pampa, el radical Federico Guidugli intenta instalar una tercera vía entre el oficialismo provincial y el espacio libertario. Su campaña, más moderada y programática, gira en torno a la educación, la obra pública y la defensa de los derechos provinciales.
"El gobierno de Milei está empeñado en quitarle derechos a los pampeanos", advirtió recientemente, y anticipó que votará en contra del Presupuesto si elimina el beneficio por zonas frías. También denunció el recorte de obras públicas y rutas nacionales, tema que reforzó en sus redes con un mensaje directo: "Es urgente reactivar la obra pública nacional en La Pampa".
Guidugli busca diferenciarse del ruido y la confrontación de sus rivales con un tono propositivo y técnico, centrado en diagnósticos sobre educación y desarrollo. "Uno de cada dos chicos no comprende lo que lee en Argentina. Si no lo vemos con seriedad hoy, hipotecamos el futuro de toda una generación", advirtió.
El joven dirigente radical, que se presenta como "el diputado más joven de La Pampa", intenta proyectar renovación dentro de su partido y ocupar el espacio de una oposición responsable y moderna. En sus discursos repite: "Nuestra lista es la única que ha hablado de propuestas, mientras el peronismo y los libertarios se limitaron a slogans vacíos".
Su campaña se sostiene sobre todo en medios y redes, aunque Guidugli recorre localidades del interior buscando apoyo entre dirigentes radicales de base. Conecta con docentes, padres y jóvenes, un público que ve con recelo la confrontación nacional y busca voces alternativas. No tiene una figura potente de la cual aferrarse para tomar envión como las otras dos listas- y aguarda que su perfomance crezca en las urnas, ya que no lo hace en las encuestas previas.
Un cierre abierto
A dos semanas de las urnas, las estrategias se consolidan: el peronismo exhibe gestión y territorialidad, los libertarios recurren al impacto y la polémica, y los radicales apelan al discurso de las propuestas.
El escenario provincial, sin embargo, se mantiene abierto y volátil. La Boleta Única agrega incertidumbre y un número significativo de votantes aún se declara indeciso. Los sondeos marcan una posible ventaja del oficialismo, pero no despejan las incógnitas.
En el tramo final, Ziliotto busca transformar gestión en votos; Ravier, ruido en estructura; y Guidugli, juventud en representación. El 26 de octubre se sabrá cuál de esos caminos encontró eco en una ciudadanía que llega al cuarto oscuro entre la expectativa, el escepticismo y la fatiga política.