Encuentro de Personas Mayores en Maisonnave: repudio a la represión de los miércoles
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EL DIARIO digital
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Este jueves a la mañana se lleva a cabo una nueva audiencia del juicio a Jorge Rigutto y otros tres profesionales de la Salud acusados "falsear información médica" para beneficiar al polémico cirujano con una presión domiciliaria, en una causa en la que estuvo imputado por abuso sexual, pero que después fue absuelto por el "beneficio de la duda".
El primero en declarar, vía zoom, fue Oscar Giménez, un técnico que trabajaba con Rigutto. Era quien le hacía "las compras" mientras el cirujano estaba con prisión domiciliaria.
Entre los pedidos preferidos de Rigutto estaba el Viagra y la bebida energizante Speed, según reveló durante su testimonio. El objetivo era que le agarrara una "taquicardia bárbara" para cuando llegara a revisarlo el forense.
En un primer momento, Giménez dijo que no se acordaba de haber realizado esas compras. Pero luego le pasaron seis audios que le hicieron refrescar la memoria.
A partir de ahí no solo admitió que el médico le pedía Viagra y Speed para consumir con el objetivo de "alterar" los informes médicos, sino que además opinó que la consideró una maniobra riesgosa.
"Él cree que es el dueño de la verdad, no se le puede decir nada", lo criticó. "Yo les voy a enseñar, yo sé de medicina", contó Giménez que le dijo en una ocasión el polémico cirujano. "Me tomo dos juntas cuando venga el forense", se escucha decir a Rigutto.
¿Un chiste?... inmediatamente después del testimonio de Giménez, pidió hablar Rigutto y apeló a la vieja estrategia del "chiste".
Repitió en varias ocasiones que todo era parte de una broma porque el Viagra "no produce eso".
Perito calígrafo
Luego vino el testimonio de Marcelo de Caboteau, un perito calígrafo que inspeccionó los informes médicos y las firmas de Rigutto y otro médico, Fernando Daniel Nadal.
Nadal había estado imputado en la misma causa, pero lo sobreseyeron. En un primer momento se creía que Nadal había avalado, supuestamente, una serie de estudios cardiológicos que fueron prueba clave para el beneficio de la prisión domiciliaria que se le otorgó a Rigguto.
Pero los fiscales que investigan el caso lograron determinar que esos estudios en cuestión, en realidad, correspondían a una mujer que ya estaba fallecida y no al corazón de Rigutto, que goza de buena salud. Además, quedó probado que la firma del médico que acompañaba ese informe había sido falsificada.
El perito Caboteau los informes de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2022 y llegó a la conclusión que la firma que aparece no era de Nadal.
También testificó en esta audiencia el propio doctor Nadal, quien no solo reconoció que esas firmas no eran suyas, sino que se refirió a la redacción de los informes. "No es la forma en que yo redacto, se usan términos que yo generalmente no utilizao", contó Nadal.
Agregó que vio a Rigutto solo cuando estuvo internado en el Hospital Molas y contó que "él me pidió en algún certificado que pusiera algo más contundente, pero no lo hice. Después de ahí, me dejó de pedir".
La defensa de Rigutto también mostró informes y pedidos de estudios realizados por Nadal, pero todos corresponden a junio, julio y agosto de 2022, cuando los investigados corresponden al período del cirujano internado en domiciliaria, más cerca de fin de ese año.
