La Pampa

La tragedia que no fue

El azar estuvo del lado de la comunidad y el episodio -que perfectamente podría haber sido una tragedia- no se cobró víctimas humanas prácticamente por milagro. El techo se desplomó un domingo 1º de enero, a la mañana, en un sector que en un día hábil, siempre tenía público y empleados.

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El presidente del Consejo, Alfredo Carrascal, aseveró en aquel momento que en ese cuerpo de conducción nadie estaba al tanto de alguna necesidad urgente de tomar decisiones vinculadas con esa estructura: de ese modo deslindó responsabilidades, o al menos dejó a salvo el rol que cumplió la dirigencia. La misma versión aportó en la justicia.

En la resolución de archivo, el fiscal asentó que Carrascal declaró que "en ningún momento tuvo conocimiento que exista riesgo alguno en las instalaciones de la CPE, ni de sus automotores, ni de sus redes. Que es una empresa prestadora de servicios eléctricos, con un área de concesión que incluye a Santa Rosa, Toay, Ataliva Roca, Mauricio Mayer, Anguil, Uriburu, Lonquimay y Catriló. Que además la Cooperativa prestaba servicios de telecomunicaciones, telefonía fija, internet y televisión por cable, servicio funerario, fraccionado y distribución de gas envasado, fábrica de columnas, enfermería y ortopedia y ventas de artículos de hogar e institora de seguros. Señaló que tenían un plantel laboral de más de 520 empleados que reporta a más de 10 sindicatos, y fundamentalmente, negó absolutamente que haya provocado el derrumbe, ni que él haya ordenado el apuntalamiento".

A los pocos días del colapso, en enero del año pasado, el trabajador Horacio Ramos, del área de Obras Civiles, aseveró que "se sabía que en algún momento el techo iba a colapsar". Aseguró que hacía cinco años había participado de los trabajos de apuntalamiento del techo que se cayó en la sede central y afirmó que "se sabía que en algún momento podía colapsar". Sostuvo que hubo "negligencia" porque no se reparó adecuadamente a pesar del paso del tiempo.

Ramos dio su testimonio en LU 100, todavía shoqueado por lo que sucedió. "Yo fui uno de los que apuntaló el techo junto a compañeros de Obras Civiles. Hace como mínimo cinco años que hicimos el trabajo. Es más, después se adornaron esos puntales con motivos navideños, pareciera que iba a quedar así para siempre", relató Ramos en la radio. "Se sabía que en cualquier momento iba a colapsar", aseguró.

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