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EL DIARIO digital
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Cámaras de seguridad sin operarios, demoras en las primeras horas y una pericia que podría encaminar la causa son algunos de los condimentos que hoy nutren la investigación por el femicidio. Según publicó el diario Río Negro, los investigadores y los fiscales aguardan por una serie de peritajes que podrían dar "un giro a la causa".
El resultado tiene dos caminos posibles: allanar las pesquisas hacia el o los responsables, o seguir empantanados en un proceso que todos coinciden "está raro".
Las líneas de investigación abiertas siguen siendo varias. La lupa está puesta no solo sobre el hombre del identikit, sino también sobre Pablo Parra, la última persona que vio con vida a Agustina Fernández antes del ataque, y en otros sospechosos que podrían estar vinculados al femicidio.
La coartada de Parra, que lo ubica entre las 19:15 y las 20:15 horas del 2 de julio, cierra con las imágenes que muestran algunas de las cámaras de seguridad que se relevaron para la causa. Sin embargo, los investigadores aún no cerraron esa línea.
Para la Fiscalía el principal responsable es el hombre del identikit por el momento sin ubicar. A pesar de que el Gobierno dispuso un millón de pesos para quien aporte datos concretos sobre su paradero, no hay rastros del sujeto de los tatuajes en la ceja y en los nudillos.
Pero hay otras líneas que también se persiguen. Algunas se descartaron y otras se mantienen con una serie de medidas que están tomando desde el Ministerio Público Fiscal. Martín Pezzetta es el fiscal del caso y trabajó junto a la Brigada de Investigaciones y al gabinete de Criminalística.
Fuentes con acceso al proceso penal lamentaron la situación de las cámaras de seguridad que tiene el municipio. Señalan que con "un buen funcionamiento" podrían haber aportado más datos a las pesquisas.
Por ejemplo, se sabe que tomaron a Parra en todos los lugares en que dijo haber estado en el horario en que se presume mataron a Agustina. Pero muchas cámaras de la ciudad no funcionan. Tampoco la que se encuentra en el ingreso al complejo de viviendas donde ocurrió el hecho (que es privada), ubicado sobre calle Confluencia al 1301.
Además, como la mayoría de las cámaras no cuentan con un seguimiento en vivo, solo son imágenes fijas que no permiten una continuidad. Entre las más de 200 horas de video que se peritaron, hay algunas sospechosas, pero no se puede seguir el hilo y la falta de luz solar dificulta identificar a las personas.
Los datos del identikit fueron aportados por un testigo que lo vio cerca del complejo de viviendas horas antes del hecho. Sin embargo, no lograron ubicarlo todavía dentro del complejo. Otro aspecto que generó atraso en las diligencias fue que durante las primeras horas de investigación se trabajó la causa como un ataque en ocasión de robo y no como un intento de homicidio que podría haber aportado más datos durante las primeras horas tras el ataque. Además, en estos casos el tratamiento sobre la escena del crimen es distinto.
El brutal ataque a la joven ocurrió la tarde del sábado 2 de julio. Agustina Fernández, que tenía 19 años y se había radicado en Cipolletti en marzo pasado para iniciar sus estudios universitarios, murió el 5 de julio en el hospital local. El viernes habrá una nueva marcha en Cipolletti en reclamo de Justicia.