Conductor de nuevo estilo que se lleva bien con el poder

Sergio Ziliotto asume que las circunstancias lo llevaron a roles diferentes a los que tenía hace un tiempo: se admite como conductor del peronismo y dice que disfruta de ese lugar: "estoy haciendo lo que me gusta", resume. Dice que se siente bien tomando decisiones y administrando el poder. También aclara que sus métodos son a lo mejor distintos a los de sus antecesores: reivindica “el trabajo en equipo” y no tanto los liderazgos carismáticos o personalistas. Y sobre todo: "el sentido común".

En la entrevista con El Diario, analiza con naturalidad que Carlos Verna y Rubén Marín ya “no están en la conducción”. Pero aclara que su intención no es forjar un “ziliottismo”, sino “un peronismo cada vez más fuerte”.

-¿Se siente reconocido como el líder del peronismo pampeano? –pregunta El Diario.

-La gente lo respeta. No me siento alguien que llega al éxito de la conducción por alguna situación personal, sino por los equipos de trabajo. Mi fortaleza, en los momentos definitorios, es privilegiar con equipos el interés del conjunto.

-Está claro que ahora ocupa un lugar diferente, porque de alguna manera Verna y Marín han dado un paso al costado...

-No están en la conducción. Cada uno tiene su impronta y su personalidad, son distintas circunstancias, distintos momentos para gobernar. No se puede hacer una comparación objetiva. Es como decir quién fue mejor, Maradona o Messi… no es objetivo.

-Pero sus antecesores fueron líderes fuertes, tal vez personalistas, ¿usted apuesta a otra construcción de liderazgo, como decía, formando equipos?

-Hay un desafío de aggiornarse a los cambios que pide la sociedad e incluso tratar de estar delante de eso. La sociedad va mutando también a la hora de acompañar a dirigentes: acompaña más a quienes ofrecen soluciones que por carisma o por liderazgo personal. Y sí, yo me baso en equipos de trabajo y creo que si hay alguien imprescindible es que vamos por mal camino.

-Su situación en ese panorama también es diferente: ahora es gobernador y presidente del PJ, antes estaba bajo el paraguas de otros dirigentes.

-Claro. Pero los liderazgos tampoco se imponen solo por la presencia o la trayectoria, sino por las respuestas del día a día. Yo me siento muy seguro tomando decisiones. La capacidad que pueda tener también viene de mirar, escuchar y entender a los líderes que he tenido. Ahora he asumido el rol de conductor y tengo que demostrarlo.

-¿El paso al costado de Verna, de no ser candidato, fue una sorpresa?

-Las alusiones a su candidatura yo creo que eran elucubraciones y buenas intenciones… Pero él lo explicó claro: “sigo teniendo cáncer”, dijo. Perdemos un gran actor en la política, que ha dado demasiado a la provincia. Y tuvo la grandeza de no ser candidato ni gran elector. Si bien tiene la ascendencia en el peronismo como para poder insinuar algún candidato. Fue un proceso que se dio naturalmente también. Me dejó esa responsabilidad y él había sido el que decidió que siguiera en su lugar. Fue coherente.

-¿Es probable que Verna reaparezca en campaña antes de la legislativa de noviembre, lo va a necesitar el peronismo?

-No se puede descartar nada. En el peronismo siempre ponemos nuestro mejor capital.

-¿Habla con él cotidianamente?

-Sí, sí, hablo con todos. Con todos. Con Verna, con Marín, con Jorge, hablé con todos en ese momento de resolver candidaturas. Y tomé la responsabilidad que me correspondía.

-¿Se evalúa, aunque falte tiempo, la necesidad de una reelección?

-No, ese escenario no existe. No es tiempo. Y aparte ya lo dije: nadie es imprescindible.

-¿Pero se siente bien en el lugar que le toca, manejando poder?

-Ojalá todos pudieran hacer lo que les gusta. Yo estoy haciendo lo que me gusta. Estoy muy cómodo en esta función de llevar adelante lo que quiero dentro de lo que puedo, tomar decisiones, poner una provincia en marcha con sus vaivenes y en la que hay mucho por hacer.