La Plural apura la definición del candidato

La Plural afina el lápiz y quiere resolver cuanto antes quién es su candidato a senador en las legislativas de este año. Todo, desde ya, bajo el objetivo de que el PJ pampeano y sus aliados presenten una lista de unidad. Después de que Daniel Lovera se bajara de la reelección, suena con fuerza el nombre del ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos Daniel Pablo "Paly" Bensusán.

Parece estar clara otra situación: aunque Carlos Verna dijo que no será “el gran elector” ni tiene candidato propio, sí tendrá la potestad de dar aval y apadrinar al postulante, porque su intención es participar de alguna manera en la campaña. El otro incidente clave, desde ya, será el gobernador Sergio Ziliotto, ahora además como presidente del partido.

Tampoco es que sobren nombres a la lista de hipotéticos candidatos: Daniel Lovera, actual senador, estaba claramente con chances de ser propuesto para la reelección, pero decidió bajarse. Y aparecen en estas horas algunas otras hipótesis, a veces como consecuencia de movimientos reales y a veces más como fruto de operaciones de prensa, nunca ausentes en estos casos.

No hay número puesto

El nombre de Pablo Daniel “Paly” Bensusán está al alcance de cualquier interpretación lógica si se buscara una renovación: sonó como un posible candidato a gobernador en 2018, es un dirigente joven con buena relación con el resto de las líneas internas, articulador de los consensos internos del PJ y tiene la confianza de Verna y de Ziliotto.

Algunos espacios también agitaron en estas horas el nombre del diputado provincial Oscar Zanoli, pero el propio legislador se habría encargado de bajarle el precio a los rumores en ese sentido.

Lovera se bajó y ya no está en la línea de largada pese a que su desempeño tiene reconocimiento local e incluso a nivel nacional: logró un lugar de consulta en el Senado. Si bien hay quienes argumentan que “no mide” lo deseado en las encuestas, esa realidad alcanza a la mayoría de la dirigencia política. El oficialismo analizaba que uno de los puntos a favor de propiciar su reelección sería evitar los ruidos de un posible “cambio”.

Los capos de la Plural, de todas formas, ya interpretaban que después de que Verna se bajara “no hay número puesto” para el cargo. Y gestan el consenso no solo hacia el interior de la línea mayoritaria, sino bajo el objetivo más de fondo de lograr una lista de unidad. Para ello, interpretan como fundamental definir cuanto antes.

El otro componente a tener en cuenta a la hora de la distribución de la nómina es la cuestión geográfica, además de la de género.

Resolver rápido

Tras el paso al costado que anunció Verna, el sector mayoritario del PJ pampeano busca recomponerse no solo porque los tiempos legales apremian (el 24 de julio es la fecha tope para presentar candidaturas) sino porque políticamente el paso de los días puede aumentar las incertidumbres.

Aunque la “bomba política” que tiró Verna el fin de semana tuvo su impacto, la mayoría de sus dirigentes cercanos venían evaluando la posibilidad de que efectivamente no fuera candidato. Y tampoco dramatizan la situación: la elección general será recién en noviembre, después de las PASO de setiembre.

A primera vista, la sensación en el peronismo es que la lista de unidad no corre riesgo: si el PJ se siente ganador, aspira con lógica a colocar cuatro representantes legislativos, por lo que pareciera que hay lugares para conformar a los espacios internos mayoritarios.

Desde que habló Verna, quienes hicieron silencio fueron los y las demás: la cautela y la prudencia son en este momento virtudes esenciales mientras se extiende la inevitable rosca para determinar las postulaciones.

Nombres y espacios

Una de las incógnitas es si la caída del hombre fuerte que tenía la Plural modificará alguna conducta en el campamento kirchnerista, donde está propuesta como postulante María Luz Alonso. Dirigentes del sector dieron a entender que si Verna no era el candidato, aspiraban a que Luchy fuera cabeza de lista. Pero esa ambición es relativizada en estas horas en pos de una unidad sin fisuras. Si a nivel nacional hay alquien que reafirme esa línea, será en todo caso una negociación dura, pero no la primera ni la fundamental.

Mientras la rosca y las “operetas” están a la orden del día, parece cantado el lugar que le corresponde al diputado nacional Ariel Rauschenberger como referente de Compromiso Peronista: reconocido en su tarea, con relativa buena imagen en las encuestas, parece un hecho que irá por la reelección, aunque generó extrañeza el posicionamiento que adoptó la semana pasada Fabián Bruna, del mismo espacio interno. De todos modos Bruna ya aclaró que no piensa en ninguna candidatura inmediata.

El marinismo, en tanto, encontró un paradójico alivio con el paso al costado de Verna: si alguien pensaba en despojar a Convergencia de la totalidad de sus espacios legislativos nacionales, el nuevo escenario le garantizar algún lugar. La “caída” de la senadora Norma Durango, pese a su alto perfil y reconocimiento de los últimos tiempos, ha sido prácticamente naturalizada. El marinismo ya tiró el nombre de Varinia Marín (“Lichy”) como posible candidata a diputada nacional.

La familia Marín habría hecho el intento de promocionar una candidatura de “Taco”, pero la necesidad de que haya mujeres en la lista le juega en contra. Incluso en algunas charlas informales habrían existido algunos “vetos” cruzados entre La Cámpora y Convergencia: a Marín no le hace gracia tanto protagonismo de Luchy y el apellido Marín en la boleta tiene sus resistencias. Aun con esos ruidos, el PJ está acostumbrado a jugar estos partidos en que un pequeño error puede definir la partida, así que también se ha vuelto una especialidad el deporte de tragarse algún sapo.