¿Feliz Día del Agua?

Cada año, a nivel mundial se conmemora el 22 de marzo como el Día Internacional del Agua, desde 1992, y en Argentina el 31 de marzo como el Día Nacional del Agua, desde 1972. Estas dos fechas son importantes para recordar que es necesario tomar acciones para el buen manejo y gestión del agua. Sin embargo, es crucial preguntarnos de qué agua estamos hablando.

Cuando hablamos de agua, debemos tener en cuenta que no existe agua buena o mala en sí misma, sino que su calidad depende de las características físico-químicas-biológicas que la hacen apta o no apta para distintos usos, como consumo humano, ganadero, industrial, productivo, minero y ambiental. Este último uso se refiere a la cantidad de agua necesaria para que un ecosistema o región funcione ambientalmente. De hecho, el uso ambiental del agua fue el principal fundamento en el último juicio de La Pampa contra Mendoza ante la Corte Suprema de Justicia para establecer un Caudal Fluvioecológico, es decir, una cantidad de agua necesaria para que el río no solo sea visto como productivo desde la perspectiva humana, sino también en términos de su impacto positivo en las plantas y animales.

Este año, el enfoque del Día Mundial del Agua se centra en el agua potable y saneamiento, en relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6 de las Naciones Unidas, que busca garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y saneamiento para todos antes del 2030. Lamentablemente, esta meta parece estar cada vez más lejos, ya que a nivel mundial 1 de cada 3 personas no tiene acceso a agua potable segura (2.200 millones de personas) y, en Argentina, según el último Censo Nacional, el 2,2% de la población no tiene acceso al agua potable en sus hogares, lo que equivale a alrededor de 1 millón de personas en todo el país.

Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), conformado por científicos/as y expertos/as de todo el mundo en relación al cambio climático, no solo estamos cada vez más cerca del máximo aumento medio de temperatura global (los famosos 2ºC), sino que se evidencia que los esfuerzos de adaptación actuales son dispersos y pasan por alto algunas de las comunidades más vulnerables. Esto contrasta con el pedido de la ONU de este año en el Día Mundial del Agua, donde se afirma que "cada persona debe aportar su granito de arena". Aunque es cierto que todos podemos hacer algo para ayudar a esta situación, la realidad es que las acciones grandes y transformadoras deben venir de los Estados y las Empresas. Si un país celebra el Día del Agua mientras contamina millones de litros de agua debido a la industria, la minería y/o el petróleo, si los gobiernos saben de los alarmantes números de personas sin acceso al agua potable y las posibles consecuencias si no cambian ahora, pero siguen apostando por la contaminación a cambio de dinero efímero, entonces la situación no avanza.

El acceso al agua potable es un derecho humano universal, así como el acceso a un ambiente sano. Por tal, podemos seguir informándonos, estar atentos/as y velar porque dichos derechos sean cumplidos para todo el mundo, antes que sea tarde.

*Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPNº 365. Email: [email protected]