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"Lo que me quede de fuerza será para verte en perpetua"

Silvana Capello volvió a usar sus redes sociales para reclamar justicia por su hija, quien fue asesinada hace poco más de seis meses en Cipolletti. Parra es el principal sospechoso y acusado.

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EL DIARIO digital

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A diez días de la marcha realizada en Cipolletti por Agustina Fernández -la joven santarroseña asesinada hace poco más de seis meses en Cipolletti- su mamá, Silvana Cappello, realizó un posteo en sus redes sociales contra Pablo Parra, la última persona que la vio con vida y contra quien existen pruebas por lo cual se lo acusó por el femicidio.

"Hoy hace un año de esta foto...HDP HIJO DE TU GRAN MADRE...sabes que hicimos ese sábado? Trabajamos juntas en un RESTAURANTE....por qué???? Porque somos gente.....y vossssssss lacra inmunda nos mataste en vida", lanzó Cappello en su Facebook, junto a una postal de ella y su hija.

"Lo que me quede de fuerza será para verte en PERPETUA", aseveró la mujer.

Desde un inicio, y cuando aún se iniciaba la investigación, Cappello siempre sospecho de Parra, y en sus últimas declaraciones insinuó que el trabajador petrolero habría tenido cómplices.

"Hay gente que sabe, que no habló o mintió… Hablo de Parra, la familia, los amigos, los allegados. Cuando te toman una declaración y decís que estuviste cierto lapso de tiempo con una persona, pero sabes que no es así, creo que son cómplices. Él dijo que estuvo más de media hora en la casa de los padres, pero no. Esperamos que declaren de nuevo", confió semanas atrás la mujer a este medio.

Los cargos contra Parra

En la audiencia de formulación de cargos, la Fiscalía afirmó que hay pruebas contundentes para acusarlo por femicidio agravado por alevosía y reclamó seis meses de prisión preventiva, pedido al cual hizo lugar la jueza de garantías.

Fue así que el fiscal Martín Pezzetta describió el caso y presentó las pruebas contra Parra, detenido el jueves en forma sorpresiva ya que meses antes una prueba de ADN parecía descartarlo como sospechoso.

Agustina "alquiló en marzo, tenían una relación de amistad y tuvieron relaciones sexuales. Parra quería un noviazgo, pero ella no. El 2 de julio a ella la visitó un joven. Luego ella salió a comprar y al regresar Parra estaba en la puerta del complejo. Allí la invitó a cenar", manifestó el fiscal al contextualizar el caso.

Pezzetta graficó que "tuvieron una relación de amistad, con él siendo servicial ayudándola. Parra quería una relación de intimidad, pero ella no quería tener una relación amorosa porque quería recibirse y volver a Santa Rosa. Eso lo manifiestan testigos".

Dos de las amigas que Agustina hizo al comenzar a estudiar en Cipolletti manifestaron que la joven "le puso un límite" a los intentos de Parra por tener una relación íntima. "Él no aceptó esa situación, siguió adelante y trató de conquistarla. Y en ese momento reclamó por la ayuda que le había dado", dijo el fiscal.

Según Pezzetta, Parra le regaló un anillo de compromiso e hizo reservas para viajar en pareja a San Martín de los Andes mientras ella tenía pasajes para viajar a Santa Rosa. "El tenía una obsesión con ella, dijeron las testigos", manifestó el fiscal.

En ese contexto, Agustina tiene un encuentro con otro joven. El acusado "le manda mensajes y la espera en la puerta del complejo", donde la invitó a cenar y se aseguró que fuese a su departamento.

Para los investigadores, el rechazo amoroso y el vínculo con otras personas fueron los detonantes del crimen que Parra ejecutó siguiendo un plan para intentar salir impune. Pezzetta describió que las puertas del complejo y el departamento del acusado no estaban forzadas y que se pudo descartar a todos los visitantes que habían estado en el edificio. "Las cámaras demuestran que no pudieron cometer el hecho", dijo el fiscal.

Las pruebas científicas comenzaron a centrar sospechas sobre Parra y descartar la teoría del robo. "No se encontraron huellas de otras personas y el único rastro de calzado detectado en la mesa -que se usó para trepar el muro y entrar por el patio- es de Pablo Parra", dijo Pezzetta.

El fiscal afirmó, además, que en el alambrado se encontró una tela azul con ADN de Parra. "La evidencia científica que en las puertas de acceso no hay rastros de una tercera persona y en el movimiento de ingreso por el patio hay rastros de Parra", expresó el representante del Ministerio Público Fiscal.

Según la acusación, una vez dentro del departamento, Parra se valió de su mayor tamaño y fuerza para atacarla. La "joven quiso huir, abrió la puerta y dejó su mano en el marco, pero él cerró la puerta, como evidencian lesiones lineales en su mano", dijo Pezzetta.

La teoría de la Fiscalía consideró que Parra la sujetó, la tiró al piso y le golpeó dos veces la cabeza contra un mueble y también en la cara. Además, describió que la joven presentaba lesiones defensivas.

Pezzetta aseguró que hay más de 30 testimonios que permitieron comenzar a reconstruir la relación entre Parra y Agustina y las horas previas al femicidio.

El crimen ocurrió entre 19.32 y 19.38, cuando se puede ubicar a Parra en la escena. Ella manda un mensaje a una joven con la que se había encontrado esa tarde. A las 19.36 un vecino del complejo escucha un golpe y a una mujer que dice "pará, pará". Y a las 19.38 se apaga el teléfono de Agustina.

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