El uso veterinario

El cannabis medicinal también tiene un interesante y cada vez más intenso uso veterinario. Así como se lo utiliza en seres humanos, también se lo puede utilizar en animales para mejorar la calidad de vida (el estado de ánimo, el sueño, el apetito).

En las mascotas es una posibilidad para desmedicalizar, también sirve para tratar en animales patologías como el cáncer, las enfermedades crónicas, epilepsias, o secuelas neurológicas por enfermedades virósicas como el moquillo.

Julio Gazia, veterinario, realiza prácticas con cannabis medicinal en pequeños animales. Y no tiene dudas sobre las bondades del cannabis en ese sentido. Normalmente para el uso de esas patologías se apela a antiinflamatorios, corticoides, anticonvulsivantes u opioides. "Todas drogas legales pero que tienen sus efectos adversos como hemorragias, toxicidad hepática, problemas de dependencia e incluso muerte. Son drogas que tienen dosis letal", advierte.

El cannabis reduce el uso de esas otras drogas con efectos adversos. El "desafío terapéutico" es el manejo posterior y el manejo controlado de la desmedicalización. "Si usamos menos drogas vamos a tener menos efectos adversos", insiste Gazia, que además es un divulgador de la actividad a partir de la columna "El Cuento de la Buena Pipa" que tiene en Radio Kermés.

A contramano de la antigua referencia a la marihuana como "una puerta de ingreso" a drogas más duras, Gazia redondea interpretando que el cannabis es muchas veces la "puerta de salida" de otras drogas que tienen efectos no deseados.

Habilitan semillas nacionales

Para el sector del cannabis medicinal es una gran noticia: en las últimas horas la Comisión Nacional de Semillas (CONASE) confirmó dos especies nacionales de cannabis que serán incluidas en el régimen de semilla "fiscalizada" para su comercialización en Argentina.

Todavía falta la formal resolución final del Instituto Nacional de Semillas (INASE) que amplíe detalles.

La habilitación de esas semillas otorga a las personas cultivadoras otra posibilidad de salirse del mercado ilegal, donde la calidad no está garantizada, a veces no se cumple con lo que dicen o las semillas no llegan nunca.

Una de las genéticas es la CAT N°3 (Cepa Argentina Terapéutica), obtenida del primer cultivo científico de cannabis estandarizado y caracterizado durante años de forma clandestina en La Plata. La investigación estuvo a cargo del director del proyecto "Cannabis y Salud" de la Universidad Nacional de La Plata, profesor Daniel Loza, junto a Darío Andrinolo, investigador del CONICET, y las asociaciones Jardín del Unicornio y Cultivo en Familia de La Plata.

A Loza lo llamaban "el profesor botánico". Falleció después de estar preso por cultivar. El CONICET siguió sus estudios y la cepa -alta en THC- saltó de la clandestinidad a ver la luz. Es una derrota para el prohibicionismo.

La otra variedad es Mamúa Seeds, que no tiene un gran desarrollo nacional porque es adaptación de cepas importadas. Pertenece a un banco genético que lleva adelante una cultivadora, cuyo seudónimo es "Genoma Humano": esa situación también pone en primer plano el potente rol que tienen las mujeres en la industria. La historia del cannabis medicinal le debe a la lucha de las "Mamá Cultiva" la masificación a partir de su batalla política y también en el cultivo.