Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
Venecia, la ciudad de los canales, volvió a ser el epicentro del cine mundial con la 82ª edición de su prestigioso Festival Internacional de Cine. La Mostra, que este año se ha visto marcada por un entorno de expectativas renovadas y un regreso con fuerza de la industria tras los desafíos de los años anteriores, está brillando en todos sus aspectos, desde la alfombra roja hasta las proyecciones que han mantenido a la crítica al borde del asiento.
Con una selección de películas que reflejan tanto el clasicismo como la vanguardia del cine, la muestra de este año ha sido una fiesta para los amantes del séptimo arte, con la particularidad de que varios de los filmes más esperados no han defraudado, mientras que algunas sorpresas han dejado su huella en el público y la crítica.
El estreno estelar de la edición
Una de las joyas más esperadas de este año fue The Eclipse, dirigida por el aclamado cineasta surcoreano Kim Ji-Woon. Esta película, que abre el Festival en la competencia oficial, ha dividido a la crítica entre los que aplauden su ambición visual y narrativa, y los que consideran que su ritmo irregular le juega en contra. Sin embargo, más allá de las discusiones técnicas, la película ha capturado el alma del Festival: un juego de luces y sombras entre la tradición y la modernidad, reflejando la constante lucha por el cambio y la identidad en un mundo globalizado.
Las apuestas nacionales y la competencia feroz
El cine italiano, como siempre, ha tenido su espacio propio en el Festival. Roma Rossa, de la directora Laura Bruni, se ha destacado por su desgarrador retrato de la Italia contemporánea, combinando política y tragedia familiar con una delicadeza y potencia emocional que la coloca como una de las favoritas para los premios. La película ha tocado temas sensibles sobre la migración y el ascenso de nuevas formas de fascismo en Europa, lo que ha generado aplausos en cada una de sus proyecciones.
En la competencia internacional, el cine latinoamericano también ha tenido una presencia destacada. El Eco del Mar, una coproducción argentina-brasileña, ha sido una de las grandes sorpresas. La historia, que se desarrolla entre los paisajes del Río de la Plata y las costas brasileñas, ha cautivado por su manejo del paisaje como personaje central, y por la manera en que fusiona lo poético con lo real. La directora Ana Pérez ha sabido captar el alma del continente con una narrativa íntima que habla de la familia, los secretos y la naturaleza, un tema recurrente en muchas de las producciones de este año.
La moda y los looks de la alfombra roja
Como es habitual, la alfombra roja ha sido otro de los grandes espectáculos del Festival. Las estrellas del cine, entre ellas Cate Blanchett, Timothée Chalamet, y Zendaya, han dado cátedra de elegancia con sus atuendos. Pero, más allá de las famosas, el glamour de la Mostra este año también ha estado marcado por la presencia de nuevos rostros de la cinematografía, como la actriz española Inés Heredia, quien ha sido el centro de atención por su atuendo de Valentino, lo que generó elogios en redes sociales y la prensa.
La polémica y la crítica política
Por supuesto, el Festival no ha estado exento de controversias. Las conversaciones en las cenas y cafés venecianos también se han centrado en los temas políticos que algunas de las películas han tocado de manera directa. La directora y activista iraní Shirin Neshat, quien compite por el León de Oro, ha llevado al centro del debate el estado de los derechos humanos en su país, al proyectar su última obra Desert Rain. Su película, que es un híbrido entre el documental y la ficción, ha abierto una discusión sobre el cine como herramienta para la resistencia política y social.
La competencia por el León de Oro
Con los días avanzando, la competencia por el León de Oro se ha intensificado. The Eclipse y Roma Rossa se perfilan como los máximos favoritos, pero el cine experimental de In the Labyrinth of Sound de la directora francesa Sophie Meunier ha capturado también la atención de los más arriesgados, quienes apuestan por el impacto de una película que desafía las convenciones narrativas tradicionales. En el caso de la película japonesa Silent Songs, dirigida por Takeshi Kurozawa, las apuestas no tardaron en situarla como una competencia seria, ya que la crítica ha destacado la sutileza con la que aborda el duelo humano y la memoria, todo mientras juega con el concepto del silencio como espacio para la reflexión.
El futuro del cine según Venecia
A medida que avanzan los días del Festival, la sensación que queda es la de un cine más reflexivo, consciente de las tensiones sociales, pero también de la necesidad de escapar de las estructuras convencionales. El cine parece estar buscando algo más, como una extensión de sí mismo, un deseo de hablarle a la sociedad, pero también a la humanidad, con la esperanza de que, a través del arte, se puedan generar cambios profundos y duraderos.
Con las proyecciones de la próxima semana y el cierre previsto para el 9 de septiembre, la 82ª edición del Festival de Venecia sigue demostrando que el cine, en todas sus formas, sigue vivo, vibrante y, sobre todo, necesario. Este es, sin duda, un espacio donde el cine se encuentra con el futuro.