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Francella y Echarri, un cruce que reabre la grieta en el cine argentino

La opinión del protagonista de "Homo Argentum" sobre las películas de autor sin público encendió la mecha de la polémica, a la que respondió con dureza Pablo Echarri, reavivando un debate de larga data sobre el rol del Estado, el financiamiento y la relación entre arte y popularidad.

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EL DIARIO digital

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Una declaración que encendió la polémica

En una entrevista para el canal de streaming Olga, Guillermo Francella, ícono de la comedia y del cine más taquillero, criticó las producciones de autor que —según dijo — no logran convocar al público. 

"El cine es muy premiado, pero le da la espalda al público. Van cuatro personas, ni la familia del director va", sostuvo.

Si bien aclaró que la popularidad no está reñida con la calidad, sus dichos fueron interpretados como una crítica directa al cine de autor y al sistema de subsidios estatales, en un contexto donde la cultura atraviesa recortes presupuestarios. Francella, afín a la postura del presidente Javier Milei, insistió en que la producción cultural debería ser rentable y autosustentable.

La respuesta de Pablo Echarri

La réplica de Echarri no tardó en llegar. Reconocido por su militancia política y por su defensa del cine nacional desde SAGAI, el actor calificó como "burros" o "malas personas" a quienes contraponen el cine comercial con el de autor.

"Se equivoca, porque mucho de lo que él construyó lo hizo con esa estructura", sostuvo, en referencia al apoyo histórico que recibieron también grandes producciones comerciales de las que Francella formó parte.

Echarri agregó: "Me duele la expresión de Guillermo, porque es un gran referente para todos los actores. Por suerte es una opinión y no milita. Si militara sería más complicado". Para él, el Estado debe garantizar la diversidad de miradas y proteger al cine como expresión cultural, más allá de la lógica del mercado.

Un debate que va más allá del cine

El contrapunto entre Francella y Echarri no se limita a una diferencia artística. Expone la polarización política que atraviesa a la sociedad argentina y que también se refleja en la cultura.

Mientras Francella representa una visión alineada con la autosuficiencia del mercado, Echarri defiende la intervención estatal como garante de pluralidad.

La discusión no tardó en viralizarse en redes sociales, con usuarios y colegas tomando partido:

A favor de Francella, se argumenta que el cine debe ser sustentable y conectar con la audiencia.

A favor de Echarri, se subraya que la cultura no puede depender de la lógica comercial y que el cine es también arte, identidad y memoria.

La grieta cultural

Lo cierto es que el debate sobre qué cine debe financiarse, cómo se mide el éxito de una película y cuál es el papel del Estado no es nuevo, pero la disputa entre dos de los actores más influyentes del país volvió a ponerlo en el centro de la agenda.

¿Debe el cine argentino pensarse como industria o como expresión cultural?

¿Es posible encontrar un punto de equilibrio entre taquilla, arte y políticas públicas?

La grieta, una vez más, encuentra en la pantalla grande un nuevo escenario.

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