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EL DIARIO digital
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El Mundial de Clubes 2025, organizado por la FIFA y que se está llevando a cabo en los Estados Unidos, no solo resultó ser un atractivo para los aficionados del fútbol en todo el mundo, sino que además permitió el resurgimiento de una de las canciones más icónicas de la década del '90 que parecía haber caído en el olvido. El clásico tema, "Freed From Desire", se convirtió en el "himno" de la competición y es por ello que no deja de sonar día tras día.
Sin embargo, el eco de estas notas, tan conocidas en la cultura popular, contrasta marcadamente con la realidad que vive su autora, Gala Rizzatto, quien atravesó años recientes en Brooklyn sin recursos económicos y cambiando frecuentemente de residencia alquilada. La artista italiana nunca imaginó que aquella melodía compuesta hace 30 años, mientras estudiaba fotografía en Nueva York, se convertiría en un clásico de las tribunas del fútbol mundial y, asimismo, en una canción de protesta social.
Los orígenes de Gala Rizzatto
Proveniente de una familia bohemia —su padre marxista y su madre feminista—, Gala dejó su natal Milán a los 17 años en busca de mayor libertad personal y artística. La ciudad de Nueva York, que según Gala "lo tenía todo", la atrapó al punto de definirla como su preferida por sobre otras metrópolis europeas.
Finalizados sus estudios en la Universidad de Nueva York, y fascinada por la efervescencia cultural de los clubes nocturnos y los artistas urbanos de la "Gran Manzana", Gala concibió la letra de "Freed From Desire" con una mirada social: "Escribí la canción fijándome en las disparidades entre ricos y pobres, poderosos y corrientes, celebridades y desconocidos. Y me di cuenta de una cosa: la felicidad rara vez está ligada a la riqueza", explicó en entrevista con Trax, citada por el medio.
El éxito de "Free From Desire" y un lado B que pocos conocen
La posibilidad concreta de grabar el tema surgió durante unas vacaciones en Italia. En una fiesta organizada por el DJ Filippo Andrea Carmeni, conocido como Phil Jay, Gala propuso realizarle un retrato a cambio de grabar su sencillo. Según contó al medio francés Paris Match, cuando se encontró ante el micrófono decidió que era el momento de actuar sin dudarlo. El resultado: el lanzamiento en 1996 de "Freed From Desire", primer adelanto de su álbum "Come Into My Life", que arrasó en las listas de éxitos en países como Francia, Bélgica, Italia, España, Israel, Brasil, Grecia y Dinamarca. El tema vendió 6 millones de copias y llevó a Gala a ser galardonada como "mejor artista femenina" en su país.
No obstante, a pesar de la fama, pasadas tres décadas del lanzamiento, la cantante reveló que atravesaba difíciles circunstancias económicas. Gala detalló que nunca pudo capitalizar el éxito de su hit, víctima de un "contrato escandalosamente injusto" firmado con el productor Max Moroldo, a quien acusó de quedarse con sus regalías.
En sus declaraciones a Paris Match, describió cómo pasó cuatro años sin dinero, viviendo como nómada y mudándose continuamente en Brooklyn: "La gente piensa que estoy bebiendo un martini en una isla caribeña y que soy multimillonaria debido a mi canción, pero no es el caso. No tengo el dinero para comprar un piso. Vivo como un nómada. ¡En las últimas seis semanas, he cambiado direcciones cuatro veces!", afirmó.
La etapa después del éxito
La trayectoria de Gala Rizzatto abarca más que su popularidad musical. La cantante italiana, reconocida internacionalmente por "Freed From Desire", participó de manera puntual como actriz en varios países europeos, entre los que se destacan Francia y Alemania, según detalló Olé. Su vínculo con el espectáculo se profundizó en 1998 al coincidir con Steve Fargnoli, entonces manager de Prince, durante una presentación en el programa Taratata, mientras interpretaba el tema "Let a Boy Cry". Desde ese momento, Fargnoli asumió su representación profesional.
La colaboración con Fargnoli se truncó en 2001 debido al fallecimiento del manager por cáncer. Tras ese acontecimiento, Gala decidió poner fin a su relación contractual con la discográfica internacional y optó por regresar a Nueva York. A lo largo de su camino, logró vender más de 6 millones de discos en todo el mundo.
El resurgimiento gracias al fútbol y las protestas sociales
Después del furor inicial, "Freed From Desire" cayó en un relativo olvido. Dos décadas más tarde, un nuevo impulso llegó desde las tribunas del Wigan Athletic de Inglaterra, cuando sus hinchas la adoptaron para homenajear al delantero Will Grigg. El estribillo "Will Grigg's on fire" revivió el tema, que fue coreado posteriormente por aficionados de Irlanda del Norte durante la Eurocopa 2016.
A su vez, en mayo de 2018, la canción volvió al centro de la escena, aunque ya no en eventos deportivos, sino como banda sonora de las protestas sociales en París contra las políticas del presidente Emmanuel Macron.
Gala reflexionó sobre el significado múltiple que adquirió su creación y cómo su "energía" encajó tanto en el deporte como en la lucha social. "Si quieres usarla en el deporte, está bien. Pero al mismo tiempo, en París, la canción fue usada por estudiantes, contra el gobierno, por mujeres, por la comunidad LGBTQ+. Tiene su propia energía. Me alegra que la gente encuentre alegría en ella", declaró a The Guardian.
El fenómeno de "Freed From Desire" sigue creciendo. Actualmente, acumula más de 373 millones de reproducciones en YouTube y continúa siendo un himno tanto en estadios como en manifestaciones públicas. El hecho de que la canción sea utilizada por aficionados al fútbol y estudiantes no me sorprende en absoluto. Quien lucha contra el sistema simplemente se alinea con la energía que siempre he tenido: la de no aceptar las cosas como son y querer cambiarlas, sostuvo Gala.
En cada partido -o transmisión- del Mundial de Clubes, su canción suena sin cesar al punto tal de que ya quedó instalada por completo dentro del pensamiento colectivo. Una tendencia que seguirá siendo así hasta que finalice el certamen.
