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EL DIARIO digital
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La fecha recuerda la creación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento clave para la historia moderna que fijó la obligación global de proteger la dignidad humana.
Cada 10 de diciembre el mundo detiene la marcha para recordar algo básico, pero a menudo olvidado: los derechos humanos no son un lujo, ni un slogan, ni una aspiración abstracta. Son una obligación. La fecha conmemora la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), adoptada en 1948 por la Asamblea General de la ONU y traducida a más de 500 lenguas, un récord que explica su impacto planetario.
¿Por qué se celebra hoy?
El 10 de diciembre de 1948, en París, los Estados miembros de la ONU aprobaron la Resolución 217 A (III), un acuerdo que marcó un antes y un después: quedó establecido el compromiso internacional de proteger, promover y respetar los derechos humanos.
A partir de ese consenso nació un documento de 30 artículos y un preámbulo que proclamaba principios tan sencillos como revolucionarios: la dignidad intrínseca, la libertad, la justicia y la paz como bases de toda convivencia humana. También advertía que, sin un régimen de Derecho, los pueblos quedan expuestos a la tiranía y la opresión.
La declaración abordó desde la igualdad y la libertad hasta los derechos civiles y políticos; denunció la tortura, la persecución, la esclavitud y la discriminación; y puso a los gobiernos como responsables directos de garantizar esas protecciones.
El lema elegido por la ONU para 2025
La ONU estrena cada año una consigna para esta fecha y, en 2025, el eje será: "Nuestros elementos esenciales de cada día". El mensaje busca volver a lo básico: recordar que los derechos humanos no son conceptos etéreos, sino parte de la vida cotidiana.
En tiempos de incertidumbre global, la organización propone mirar las rutinas, los vínculos y las necesidades diarias como escenario real donde se ejercen o se vulneran los derechos.
El lema se resume en tres premisas centrales:
- Los derechos humanos son positivos.
Además de brindar protección, aportan bienestar, alegría y condiciones dignas de vida.
- Los derechos humanos son esenciales.
Son una base común que une a las personas más allá del origen, la creencia o la identidad. En un mundo incierto, funcionan como una brújula estable.
- Los derechos humanos son alcanzables.
No requieren gestas heroicas: se ejercen en gestos simples como respetar al otro, denunciar una injusticia o escuchar a quienes suelen quedar al margen.