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EL DIARIO digital
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Un nuevo informe encendió todas las alarmas: cada vez más personas están dejando pasar señales que podrían anticipar un cáncer y lo hacen por motivos tan comunes como peligrosos. Según reveló The Independent, crece la práctica de "aguantar", minimizar molestias o desistir de pedir turno porque "cuesta conseguir una cita". El resultado: diagnósticos tardíos en enfermedades donde el reloj corre en contra.
La investigación, realizada por Cancer Research UK con más de seis mil encuestados, mostró un panorama inquietante: más de la mitad de las personas cree que obtener una consulta médica será una odisea, y casi la mitad resta importancia a síntomas que deberían encender las alarmas. Un cóctel que, según los especialistas, termina abriendo la puerta a detectar tumores cuando ya están avanzados.
Megan Winter, referente de información sanitaria de la organización, lo dejó clarito en diálogo con el medio británico: "Si algo no es normal para usted, debe hacerse un chequeo". Una frase sencilla, directa y que muchos siguen ignorando. Cada cuerpo reacciona distinto, pero cualquier cambio inesperado merece atención. Postergar, advirtió, es exactamente lo que más complica las chances de un tratamiento efectivo.
Entre los signos que exigen consulta inmediata, Winter detalló varios que solemos pasar por alto:
Bultos o hinchazones repentinas, especialmente en el pecho o la clavícula.
Pérdida de peso o cansancio sin explicación.
Moretones que aparecen de la nada y se repiten en espalda, brazos o piernas.
Cambios en el tránsito intestinal, presencia de sangre en heces u orina o sangrados inesperados.
Falta de aire en actividades habituales, tos persistente por más de tres semanas o dolores que no ceden.
Lesiones en la piel que no cicatrizan, incluso en zonas sin exposición al sol.
La especialista insistió en que el médico de cabecera debe ser siempre la primera escala y alentó a no desistir ante la dificultad para conseguir turno: "Insistan, porque ninguna duda es una pérdida de tiempo para el profesional". El mensaje de fondo es simple: el diagnóstico temprano salva vidas, y llegar tarde sigue siendo uno de los peores enemigos.
Aunque la mayoría de estos signos no implica necesariamente cáncer, los expertos coinciden en lo esencial: lo que cambia sin explicación, se consulta. No se googlea, no se deja pasar, no se tapa con analgésicos. Se consulta. Y cuanto antes, mejor.