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El Banco Central volvió a bajar las tasas de corto plazo

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La autoridad monetaria redujo del 22% al 20% la tasa de simultáneas, un rendimiento clave para absorber pesos del mercado, en la antesala de una licitación donde el Tesoro debe afrontar vencimientos por $14.000 millones.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) volvió a recortar este jueves la tasa de simultáneas que se opera en BYMA, llevándola del 22% al 20%. Se trata de un nuevo ajuste en las tasas cortas, adoptado pocos días antes de una licitación de deuda en la que el Tesoro necesitará captar fondos en pesos para cubrir compromisos por $14.000 millones.

De acuerdo con datos de Max Capital, al 17 de noviembre el Tesoro mantenía depósitos en el BCRA por $4.400 millones y USD 155 millones, además de un stock superior a $10.000 millones en bancos públicos.

La tasa de simultáneas surge de operaciones en las que entidades financieras y sociedades de bolsa venden un activo y acuerdan recomprarlo a corto plazo —entre uno y siete días— a un precio mayor. Ese diferencial define el interés de la operación. Es un segmento donde el Banco Central interviene para manejar la liquidez diaria y el costo del dinero, cumpliendo un rol parecido al que tuvieron en otros momentos los pases pasivos, las Leliq o las Lebac.

El recorte se suma al ajuste previo del 25% al 22% y busca instalar nuevas referencias para los instrumentos en pesos, en un contexto de estabilidad cambiaria posterior a las elecciones. Según el análisis de Max Capital, la licitación de la próxima semana podría generar expansión monetaria y el Tesoro enfrenta una disponibilidad limitada de fondos, lo que lo obliga a recurrir a depósitos propios o a convalidar tasas más altas para refinanciar vencimientos.

De cara a diciembre, se proyectan mayores necesidades estacionales por unos $2.800 millones, lo que podría agotar las tenencias del Tesoro en el BCRA y restringir compras adicionales de divisas. Sin una suba de tasas, advierten, la captación de pesos será más compleja y la gestión de liquidez dependerá casi exclusivamente de los recursos propios del Tesoro.

En este esquema, la administración de fondos para atender la demanda estacional adquiere un protagonismo poco habitual, ya que la regulación de liquidez —que normalmente recae en el Banco Central— queda en manos del Tesoro. Esto incrementa la presión sobre la gestión estatal y añade volatilidad a las tasas de corto plazo.

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