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EL DIARIO digital
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La crisis por la escasez de diésel en Bolivia ha alcanzado niveles alarmantes, poniendo en riesgo las operaciones del sector agropecuario y el transporte internacional. La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) ha declarado la emergencia debido a la falta de combustible, que amenaza la zafra cañera y la siembra de más de dos millones de hectáreas para la campaña de verano. Los productores se encuentran en una situación de "desesperación total", ya que el desabastecimiento podría afectar gravemente la producción y abastecimiento de alimentos en los próximos meses.
Rodrigo Suárez, vicepresidente de la CAO, expresó que el país atraviesa una crisis crítica en el sector agropecuario. "Estamos en medio de la zafra cañera y estamos entrando a la siembra de dos millones de hectáreas para la siembra de verano y no hay diésel", señaló.
Por otro lado, el transporte internacional de pasajeros también ha sufrido las consecuencias de la escasez de combustible. Beatriz Patón, representante del sector, denunció que las operaciones se han reducido en un 70%, afectando la temporada alta de turismo. Antes, se realizaban hasta seis salidas diarias hacia países vecinos, pero ahora solo se efectúan entre dos y tres por día.
La falta de diésel ha causado largas filas de buses y camiones en estaciones de servicio, mientras que la Asociación de Propietarios de Estaciones de Servicio de Combustibles de Santa Cruz (Asosur) ha declarado el estado de emergencia debido a los recurrentes problemas de desabastecimiento.
Aunque Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha reconocido las dificultades en la provisión de diésel desde agosto, la empresa estatal espera regularizar los despachos en los próximos días. No obstante, el país ha estado enfrentando escasez de combustible durante más de dos años, debido a la baja producción local y la creciente dificultad para importar el combustible necesario.
La crisis económica también ha empeorado la situación, con un mercado paralelo de divisas y una inflación en aumento. En medio de esta coyuntura, Bolivia se prepara para el balotaje presidencial del 19 de octubre, donde Rodrigo Paz o Jorge Quiroga tendrán que enfrentar una serie de desafíos económicos estructurales.