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EL DIARIO digital
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¿Se te ocurrió alguna vez hacerle un "toque personal" a una roca del Dique Potrerillos? Pues a tres turistas bonaerenses, la idea se les ocurrió, y lo que pensaron que era un graffiti "cool" terminó siendo una lección de justicia bastante cara. No hablamos de un simple cartelito; hablamos de una obra de arte en aerosol que hizo que Mendoza se levantara en bloque.
El crimen ocurrió a fines de julio, cuando un video captado por un automovilista mostró a los tres genios del spray pintando con desparpajo sus nombres sobre las piedras del dique. Claro, lo que para ellos fue una muestra de creatividad sin límites, para los mendocinos fue un sacrilegio. ¿Pintar sobre piedras históricas? ¿¡En serio!? A la provincia no le quedó otra que actuar. Y vaya si lo hizo, porque los tres turistas fueron condenados a una multa de nada menos que $2.100.000 y 20 horas de trabajo comunitario. ¡Casi como pagarle a un galerista por colgar su obra en el Museo de Arte!
Pero no todo terminó ahí, porque este episodio no es solo un chapuzón en la fama viral, sino que los implicados deberán trabajar limpiando espacios públicos en su ciudad natal, Carlos Casares. ¿Quién diría que un día las horas de graffiti en la precordillera te llevarían a fregar bancos y barrer plazas?
La polémica explotó en las redes y, como era de esperar, los turistas se convirtieron en el blanco perfecto para memes y comentarios sarcásticos. ¡Y todo por dejar sus "firmas" en las piedras de un dique! El video, rápidamente viralizado, incendió los ánimos, y no solo en Mendoza, sino en todo el país. Todo el mundo opina sobre la "obra maestra" que, más allá del aerosol, dejó la marca de la imprudencia.
La historia se cerró con un precedente histórico, porque la justicia mendocina no solo sancionó la acción, sino que también dejó claro que no se toleran acciones que dañen el patrimonio natural. ¿Qué aprendemos de esto? Que si quieres ser un artista del graffiti, mejor que encuentres un muro, porque si lo haces sobre una roca en la precordillera, el precio a pagar puede ser más alto que el de un cuadro de Picasso. Y si no, prepárate para pasar el resto de tus días limpiando lo que ensuciaste.