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EL DIARIO digital
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Santiago Roumec pidió ver el video. Estaba convencido de haber ingresado en el quinto lugar y de que esos puntos le alcanzaban para consagrarse campeón provincial. Sin embargo, la revisión favoreció a Guillermo Mazzanti, quien cruzó la línea apenas por delante y se desplomó inmediatamente después, tras una pelea noble y al límite por un puesto que podía valer un campeonato. Ninguno de los dos tenía la cuenta clara: habían corrido hasta el final, como en un pequeño teatro de operaciones.

Desde Santa Fe, donde los rayos obligaron a suspender la prueba que estaba disputando, Julián Barrientos siguió la definición por streaming. No corrió, no aceleró, no transpiró. Pero festejó hacia adentro. Fue campeón provincial una vez más. Y esta vez, sin correr.
La avenida Luro, escenario del Gran Premio Coronación FR Estampados Textiles Ciudad de Santa Rosa, se colmó de público desde temprano. El ciclismo volvió a latir con fuerza y las señales aparecieron en distintos frentes: la actuación de los chicos en los Juegos de la Araucanía ante Río Negro, Maia Berau confirmando sus condiciones de velocista, y la presencia de corredores y corredoras de toda la región.
La última etapa, en un circuito al que muchos querían regresar para sentir la adrenalina de frenar casi a cero y volver a arrancar, ofreció dos horas de emoción pura. Sin Barrientos ya dicho, pero con Roumec, Marcos Lobosco y Guillermo Mazzanti disputando la posibilidad del título.

La carrera se planteó como una partida de ajedrez. Roumec controló a Mazzanti, Lobosco buscó una y otra vez su oportunidad, y el resto decidió atacar desde distintos sectores, sin importar la posición. Mazzanti, ganador este año del Gran Premio Juanjo Besi, llegó con chances reales y armó un bloque de alto nivel junto al juvenil Sebastián Matucci, reciente campeón de los Juegos de la Araucanía con Río Negro. Lugarteniente y, al mismo tiempo, líder. Matucci demostró que puede asumir cualquier rol y terminó siendo el ganador brillante de la competencia.
En el ida y vuelta de la avenida Luro hubo ataques y embalajes de todos los colores. Roumec aguardó su momento, confiado en que el campeonato estaba al alcance, a un solo golpe de riñón. Lobosco insistió una y otra vez: en cabeza del grupo, escapado y volviendo a intentarlo.

También fueron protagonistas Juan Mateo Olguín, muy activo durante toda la prueba; Justino Laffeuillade; Castillo; y un Elías Spon combativo y poderoso. El ciclista achense, en silencio, fue construyendo su carrera y dejó su huella. El segundo puesto final no fue casualidad, sino la consecuencia de su perseverancia.
La prueba reina ofreció matices y algunas gotas como amenaza. Lo planificado se volvió imprevisible. En el corte final, Matucci volvió a vestirse de héroe, como cuatro días atrás. Apenas dos vueltas después de cerrar una fuga con destino firme, se lanzó al ataque. Se llevó con él a Elías Spon, Marcelo Jaime y Federico Ghinazi, y se mostró implacable. Como un futbolista, besó su camiseta y levantó los brazos al cruzar la meta, por delante de Spon y Ghinazi.
Más atrás, en la pelea por el quinto puesto, Roumec se estiró hasta el límite y perdió el mano a mano con Mazzanti, quien cruzó la línea y cayó al suelo, llevándose para Cinco Saltos el recuerdo áspero del asfalto de la Luro.

Cuando llegaron las cuentas, los descartes y las sumas, todos quedaron por debajo de Barrientos. Lejos de casa, el campeón pudo imaginar una vuelta feliz mientras miraba si su ropa de ciclista ya estaba seca después del diluvio que, en Coronda, obligó a suspender la Santa FeRosario. Campeón sin pedalear, pero mirando lejos.