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EL DIARIO digital
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Nahuel Sáenz se para, se reclina y le pide a todo el país un último empujón. Tiene trabajo en su episodio final en un juego en el que está desde el arranque porque a él le dieron la bola para asumir la responsabilidad el día después del golpe ante Canadá.
El Negro, que luego diría que le encantan estos desafíos, de salir a dar la cara, a demostrar el verdadero valor del coraje, la lanza al centro de home, a media velocidad, y el principal grita: strike, out. Logan Boom escucha el estallido de la bola en el guante de Luchi Biondi y se fastidia. Es el día y la noche; el sabor dulce de un éxito, y la amarga sensación de la derrota.
Argentina le acaba de ganar 3-1, en su mejor juego del torneo, al Estados Unidos del crack Marco Díaz (anoche, por fortuna, desenfocado y fuera de eje). La victoria, cuarta del campeonato, dejó al equipo nacional en el tope junto a Venezuela y México, todos con marca de 4-1 en un Panamericano U23 que ha regalado un nivel de épica de película.
Estados Unidos se había puesto en ventaja en la alta del tercero gracias a la carrera de Brendan Ducharme, después de un triple de su hermando Braden.
Fue un llamado de atención. Pero el equipo de Guerrinieri responde rápido. Y lo mejor de todo es que la ofensiva le pierde el respeto a Marco Díaz. Luchi Bioindi establece la paridad y Khalil Luna, de los más regulares en ataque, tiene su premio y también pisa home, después del imparable de Ferrara y los errores defensivos de Estados Unidos. Argentina se pone 2-1 y todo será diferente.
Dominio
Con la diferencia a favor, Argentina entra en su historia. El equipo, detrás de su as, y todos a buscar más.
El juego se convierte en un duelo de lanzadores, como ha ocurrido en casi todo el campeonato con los favoritos. Díaz, en su incomodidad, igual salva el uniforme en el cuarto y quinto. Lo mismo pasa con Nahuel Sáenz, que varía la velocidad de sus disparos, engaña a sus enemigos y se hace grande.
Se abre una puerta más. Y en ese sexto, Bambozzi camina a la inicial y Nahim Brahim corre como si estuviera en una final olímpica de 100 libres, aprovecha el wild pitch de Díaz y anota la tercera.
Lo que siguió, fue el recorrido al cuarto triunfo del torneo. González es puesto out por la conexión 1-3; Parker Hopkins por la vía 4-3; y lo dicho, Boom, con un ponche que recordará tanto tiempo como el tiempo que tardó la bola en pasar home. Suave, casi en vuelo lento, soltada como una lágrima por el Negro Sáenz, que gana el juego y se afianza como líder de una Argentina que quiere escribir otra página inolvidable.
El ganador
"Teníamos que ganar y para nosotros el juego contra Estados Unidos, era decisivo", le dijo a El Diario Nahuel Sáenz. "Era decisivo porque si queríamos llegar al Mundial, teníamos que ganar. En lo personal, son los partidos que me gusta jugar, son desafíos complicados y estoy muy contento por el resultado que logramos", aportó.
El diestro bahiense también habló de las sensaciones después de la derrota ante Canadá. "Nos bajoneamos un poco tras esa derrota, pero nos enfocamos en responder rápido porque queremos enfocarnos en las finales. Ahora hay que ganar los dos partidos que quedan para ir por la medalla de oro".