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EL DIARIO digital
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Nacido el 26 de noviembre de 1937, Legarda inició su camino deportivo en General San Martín de Santa Rosa, donde se desempeñó como delantero hasta encontrar su destino bajo los tres palos. Su carrera como arquero lo llevó a convertirse en figura indiscutida de All Boys, club con el que vivió la etapa dorada de los años sesenta y con el que participó en el primer Torneo Regional de 1967.
En 1963 formó para de los inicios de la era dorada de All Boys cuando, a instancias de Ramón Turnes, fue transferido desde San Martín a All Boys junto con Oscar Felipe "Pity" Kraemer y Juan Carlos Gómez. Ese mismo año, hizo su aporte para lograr el título al sumar una marca de 561 minutos con la valla invicta.
Su nombre también estuvo ligado a la selección de la Liga Cultural, con la que enfrentó en 1960 a River Plate en un recordado amistoso que tuvo a Amadeo Carrizo defendiendo el arco del Millonario y, ese mismo año, fue protagonista del triunfo 4 a 1 frente a Newell's Old Boys. Ocho años más tarde, en 1968, integró el plantel que disputó en Mendoza el cuadrangular final del Campeonato Argentino de Selecciones de Liga, alcanzando el cuarto puesto.
A inicios de 1969, cuando era arquero de All Boys, Independiente Rivadavia de Mendoza intentó ficharlo, aunque las negociaciones no prosperaron. Ese mismo año vistió la camiseta de Estudiantil de Eduardo Castex y se consagró campeón de la Liga Pampeana.
Más allá del fútbol, Legarda también brilló en el básquetbol. Fue parte de la selección pampeana que disputó el Campeonato Argentino de 1960 en La Pampa, donde se lo recordó por su entrega y capacidad atlética. Posteriormente se desempeñó como entrenador de básquet, volcando su experiencia a nuevas generaciones.
Su apodo de "Vasco" acompañó siempre una personalidad entrañable, reconocida por amigos, compañeros y rivales. Quienes lo conocieron lo recuerdan no solo como un deportista ejemplar, sino también como una persona afable, generosa y comprometida con sus afectos. Fue saludado en innumerables canchas y clubes, donde dejó la huella de su paso como arquero, DT y basquetbolista.
Una de las anécdotas que compartió en el programa El Invitado de Juan Carlos Carassay, lo pinta de cuerpo entero: jugando como delantero en San Martín, le advirtió en broma al árbitro Alejandro Ferro que, si no lo dejaba hacer un gol, le diría a su padre que no le fiara más carne. La ocurrencia terminó en expulsión, pero reflejó ese espíritu pícaro que lo acompañó a lo largo de la vida.
En sus últimos años, Legarda fue homenajeado en distintos programas y encuentros deportivos. En cada reconocimiento, se lo distinguió como lo que fue: un triunfador del deporte pampeano, dentro y fuera de la cancha.
Su muerte enluta a la comunidad deportiva de La Pampa, que lo despide con afecto y gratitud. Quedan en la memoria sus atajadas, sus logros, las tardes de gloria con All Boys, Estudiantil y San Martín, y también las páginas escritas en el básquet provincial. Sobre todo, quedará el recuerdo de una gran persona que supo ganarse el respeto y el cariño de todos.