Santa Rosa no puede asomar la cabeza

Santa Rosa Rugby no encuentra el camino, ni siquiera, para tener un poco de paz y calma espiritual. Cuando la bola viene cambiada, es muy difícil impactarla y sacarla del campo, como si se tratase de un cuadrangular en el sóftbol.

Ayer, Sociedad Sportiva de Bahía Blanca puso de manifiesto el presente de un equipo que no encuentra respuestas a este momento. Ni siquiera algunos signos de recuperación, sobre todo, en un torneo que sigue ofreciendo oportunidades. Le ganó 46-10 (primer tiempo de 36-0) y puso al desnudo no solo la merma en el rendimiento deportivo, sino el factor anímico de un equipo que se había acostumbrado a pasarla bien apenas un año atrás.

Son realidades y procesos diferentes, pero en su gran mayoría, los mismos jugadores. Es raro entender el proceso actual después de la brillante campaña pasada, sobre todo, porque los mismos jugadores potenciados en el TRPA pasado, hoy rinden por debajo de lo que verdaderamente pueden hacerlo.

Para colmo, las trompadas tempraneras suelen dejar dolores un rato largo.

Desde el vamos

Apenas había pasado un minuto de juego cuando Tomás Bermúdez se filtró, encontró desacomodada a la defensa local y llegó al ingoal santarroseño. Francisco Cenoz acertó a los palos y llevó el juego a 7-0.

A partir de ahí Sportiva se empezó a divertir y a tomar vuelo propio. Porque Payero volvió a anotar en dos acciones en menos de 5 minutos, a los 7 y a los 11, convertidas por el medio scrum Blanco.

Santa Rosa, sin señales, con pocas indisciplinas -es cierto- pero con mucho desorden, intentó bancar esa presión del visitante. Pero fue inútil. Con mucha velocidad, en juegos de varias fases, el visitante construyó la ventaja con la que se fue al descanso, con un try de Stadlecker y otro de Manuel Santos, con una conversión y penal de Cenoz.

Mínimas señales

En la reanudación, Santa Rosa Rugby dio algunas mínimas señales de mejoría, sobre todo a partir de la actitud para disputar el juego, tratar de pescar en los rucks y no cederle tan fácilmente el terreno al visitante. Eso le valió el premio del descuento a través de Federico Llanos, uno de los mejores, siempre a pesar de no estar al ciento por ciento.

A Sportiva, que también redujo su intensidad, le tomó 11 minutos volver a poner orden cuando Facundo Fernández anotó primero y un rato más, a los 18, Mateo Kohler aportó el segundo del complemento.

Nuevo premio a la insistencia fue el try local de Simón Punte, sacando la cara para acabar el juego con una imagen distinta. El delantero santarroseño es otro de los que poco a poco intenta recuperar el nivel que lo llevó a ser uno de los mejores.

Sin embargo, parece no alcanzar para que esa recuperación sea cuantificada y se traduzca en resultados. Aun hay tiempo para reordenar el momento, recuperar los jugadores lastimados cuanto antes, confirmar conceptos, compartir ideas y ver el sol antes del ocaso. Aunque está bien claro que ese tiempo es cada vez más finito.