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El pampeano que jugó en el Huracán del 73

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Eduardo Enrique Quiroga vive en Río Cuarto, pero nació en Realicó. Es uno de los históricos de Belgrano de Córdoba, también jugó en Huracán y Racing. En el exterior jugó en Ecuador, Colombia y Bolivia.

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EL DIARIO digital

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Nació en Realicó, pero a los cuatro años su familia se trasladó a Río Cuarto. Desde allí comenzó una aventura futbolera digna de una serie de Netflix.

Eduardo Enrique Quiroga cumplió 72 años el pasado 31 de mayo y repasó los mejores momentos de su trayectoria desde la ciudad del sur cordobés.

Es ídolo de Belgrano, donde compartió delantera con "Milonguita" Heredia; jugó en el mejor equipo que se recuerde del fútbol argentino: el Huracán de Menotti de 1973 y, por si eso fuera poco, en el final de su carrera en Colombia fue testigo in situ del mejor gol de Diego Armando Maradona. Aquel que convirtió en Pereira y que el propio astro recordó como su mejor anotación.

El portal Al Toque Deportes de Río Cuarto entrevistó al pampeano que hizo una increíble carrera en el fútbol argentino.

– ¿Dónde empezó a jugar?

– En El Porvenir, un equipo de acá de Río Cuarto que ya desapareció. En realidad soy de Realicó, La Pampa, pero con mi familia nos mudamos cuando yo tenía cuatro años. Después pasé a Banda Norte, habré tenido unos 14 años. Y a los 17 debuté en Primera.

– Nueve goles en el Nacional del 71 con la camiseta de Belgrano y tercer máximo goleador del torneo. Los mismos goles que Carlos Morete de River. ¿Cómo es posible? Si apenas se iba de Liga de Río Cuarto.

– Mi mentalidad fue la de mantener o superar lo que había hecho en Banda Norte. La llegada a Belgrano no fue nada de Reserva o inferiores, directamente arriba. No tuve miedo por jugar en Primera, si los otros también eran humanos. Once contra once. El fútbol. Aparte te vuelvo a decir: tenía un equipazo atrás mío.

– Ese Belgrano fue el de Cos, "Milonguita" Heredia. Y usted: Eduardo Enrique Quiroga…

– La mejor delantera de la historia del club, no tengo dudas. Y que también tenía a Reinaldi, Laciar, Cuellar, Héctor Tocalli, "Pancho" Rivadero... Qué jugadores. Ahora sí me hacés acordar.

– ¿Rápidamente entraron en sintonía con Bernardo Cos y Juan Carlos Heredia?

– Sí. En realidad ellos dos se conocían desde antes, porque son de Córdoba. Yo me sumé desde Banda Norte, y como venía de romperla en la Liga de Río Cuarto entré más rápido en el funcionamiento. Además el grupo fue muy bueno conmigo, hasta el día de hoy seguimos en contacto con algunos, y antes de esto (la pandemia) sabíamos juntarnos a comer asados. Un grupazo.

– Solo una temporada en Belgrano y se va. Lo llevan al Huracán de Menotti (1972). ¿Otro gran salto, no?

– El mejor. Nos tiraba la pelota y decía: ¡jueguen! Así, sin tantas indicaciones. Te tiraba la camisa (pechera) y a la cancha. Después con el correr de los minutos empezaba con lo suyo, porque no le gustaban los pelotazos y que tardemos tanto en dar los pases. Ahí me empezaron a poner de "8", yo siempre fui wing o enganche, aunque no como los del último tiempo. Menotti fue otro de los que sacaron lo mejor de mí. El fútbol más lindo que he jugado.

– Y con jugadores de la talla de Housemann, Brindisi, "Coco" Basile, Omar Larrosa…

– Babington, Leyes... Y los que te quedaron afuera. Otro plantelazo. Salimos campeones del Metropolitano 73 bailando a todos. Un equipo muy rebelde desde el carácter, con Basile mandando desde atrás y de mitad de cancha para adelante era imparable. Ahí ya me consagré, con el nivel que tenía pude ganarme un lugar en las juveniles de la selección.

– En el 75 llega el desafío de Racing…

– Un paso bastante rápido. Me vendieron sin saberlo. Un día me llegó un telegrama y supe que pasaba a Racing. Ojo, fue otro gran equipo. Terminó tercero en el campeonato que jugué, pero nunca terminé de adaptarme. Por eso estuve poco.

– ¿Y cómo llega la oportunidad para irse al exterior?

– Casi lo mismo que el paso de Huracán a Racing. Lo manejaron los clubes, me enteré cuando estaba casi todo cocinado. Fue un año a la (Universidad) Católica de Ecuador, Barcelona, Bonita Banana y después Colombia.

– En Ecuador conoce: la inmensidad de Barcelona de Guayaquil y la "pequeñez" del Bonita Banana…

– Lo de Barcelona lo comparto. Inmenso. Lo de Bonita Banana no tanto. Ese era el club de la empresa que vende bananas a todo el mundo. Creo que nunca en mi vida vi tantas bananas juntas, ja ja. En aquella época fue poderoso, todo a base de la plata de sus jefes. Fueron tres años hermosos, me fui con mi esposa y empezamos a formar nuestra familia.

– ¿Y lo del Pereira de Colombia?

– Una temporada. La llegada a Colombia. éramos varios de afuera, entre argentinos, paraguayos y uruguayos. Al principio no caímos bien en el grupo, por ser "argentinos". Tenían un mal concepto de nosotros porque pensaban que éramos porteños. Hubo una reunión en la cancha una vez y a partir de ahí se unió el grupo. Hasta nos invitaron a comer asado los colombianos, eran trozos de puchero, pero no dije nada porque nos íbamos a dividir de nuevo, ja ja. Una gente muy buena, estoy reagradecido también.

– El 2 de febrero de 1980 Pereira enfrenta al Argentinos Juniors de Maradona. ¿Cómo fue esa experiencia?

– Diego vino medio enfermo. Enfermo o lesionado, no recuerdo bien. Pero pidió jugar igual. En el primer tiempo no participó tanto, pero ya sabemos cómo es. En el entretiempo se veía que la gente estaba algo disconforme, porque lo había ido a ver a él. Hasta nuestros hinchas alentaban a Maradona. Se ve que Diego sintió ese clima, agarró la pelota, pasó como a cinco y dejó sentados a un par. Hizo un golazo. Hasta el árbitro lo aplaudió. Y a mí me dieron ganas de festejarlo con él.

– Qué registro ese. Otro gol "maradoneano" y usted estuvo presente. ¿Lo toma como un logro?

– Un bonito recuerdo. Tuve la fortuna de ver al mejor de todos dentro de una cancha. Y encima nos hizo un golazo. Pero no lo tomo como un logro. El mayor logro de todos que conseguí en el fútbol fue el de la amistad. Gracias a Dios tengo a muchos amigos, los hice cuando jugaba y los sigo haciendo ahora con mi trabajo.

– ¿Y se retira en Colombia?

– No. Me vengo de Colombia hacia Río Cuarto. No quería jugar más. Tenía 35 años. Había pasado mucho tiempo afuera y quería disfrutar de mi familia. Un día viene a mi casa Horacio Baldessari, la "Pepa", un gran amigo, y me convence de ir al Bolívar de Bolivia. No fue fácil, estuvieron mucho tiempo insistiendo, yo no quería saber nada. Otro país, nuevo equipo, y yo siendo grande. Me había encontrado con la "Pepa" en Lima, compartimos vacaciones y ya sabía que yo me retiraba. Termino yendo y fueron dos años hermosos. Después me quedé en Argentina y juego en Jorge Newbery de Rufino, de donde salió Bernabé Ferreira, y Sportivo Norte de Laboulaye. Y ya me retiro.

– ¿Quedó conforme con la carrera? ¿Le quedó algo pendiente?

– Pendiente no, pero me arrepiento de haberme ido tan jovencito afuera. Tenía muchas chances de selección por lo que hacía en Huracán. ¿A qué me fui? Y el otro error de esa época fue decidir tan rápido lo de Ecuador. Miguel Brindisi se va a Las Palmas de España y estaba esa chance para mí también, pero tenía que esperar unos meses, hasta el segundo mercado. Tomé la decisión de irme ahí nomás a Ecuador. El destino podría haber sido otro.

– ¿Y con los jugadores que compartió equipo? ¿Puede elegir a los mejores?

– Sería injusto elegir a un par, porque fueron un montón de buenos jugadores y grandes personas. "Milonga" (Heredia), Cos, Laciar, Reinaldi, Babigton, Omar Larrosa, Suñé, Brindisi, Housemann... Te armo casi un equipo. En Colombia también hubo un montón, menos conocidos pero muy buenos. Más allá de lo buenos que fueron, me quedo con la amistad que mantenemos.

Su trayectoria

Como jugador: 1967-1970 Banda Norte, 1971 Belgrano de Córdoba, 1972-1974 Huracán, 1975 Racing de Avellaneda, 1976 Universidad Católica (Ecuador), 1977 Barcelona de Guayaquil (Ecuador), 1978 Bonita Banana (Ecuador), 1979-1980 Deportivo Pereira (Colombia), 1981-1982 Independiente Medellín (Colombia), 1983 Deportes Quindío (Colombia), 1984 Oriente Petrolero (Bolivia), 1985-1986 Bolívar (Bolivia), 1989 Oriente Petrolero (Bolivia), 1990 Jorge Newbery (Rufino) y Sportivo Norte (Laboulaye).

Como entrenador: Jorge Newbery de Rufino (Santa Fe), Ferro de Realicó, Villa FC de Villa Huidobro, Motokart de Jovita e Independiente Dolores (General Cabrera).

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