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EL DIARIO digital
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El cortometraje Morpho Azul, dirigido por la realizadora pampeana Belkis Martín y ganador del premio Historias Breves 2022, continúa transitando festivales nacionales e internacionales. Tras su paso por la última edición del Festival de General Pico, la obra llega ahora al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, un espacio que el equipo celebra y defiende como fundamental para el cine argentino.
"El Festival de Mar del Plata es muy importante. A pesar de la gestión actual, es clave poder estar ahí y no ceder esos espacios", señaló Martín en una entrevista en Radio Kermés.
Rodada íntegramente en Santa Rosa, La Pampa, Morpho Azul sigue a Vicky encarnada por Victoria Rostom, una joven naturalista que colecciona insectos, arañas, plantas y pequeños restos orgánicos con una obsesión tan minuciosa como inquietante. Esa práctica obsesiva se desborda cuando una mariposa de iridiscencia azul irrumpe en su mundo y la impulsa a una búsqueda desesperada por capturar aquello que brilla y huye, en el límite entre la belleza y el espanto.
Trabajo silencioso
La obra se sostiene en un delicado equilibrio entre contemplación, misterio y tensión. Los paisajes pampeanos, la presencia microscópica de la vida y una estética que combina lo naturalista con lo simbólico construyen un clima hipnótico, donde lo mínimo se vuelve inmenso.
Además de imágenes propias que deseaba filmar, Belkis se nutrió del Museo Provincial de Historia Natural, de la Estancia La Malvina y del trabajo del Grupo de Estudios de Artrópodos de la UNLPam. También conoció coleccionistas reales, como Omar, de Parera, y Hugo Alfajeme, vinculado al museo, cuyas prácticas y sensibilidad inspiraron varios planos que operan como homenaje. "Me surgieron imágenes y quise construir una historia para mostrarlas", explicó. "Conocer a coleccionistas reales fue clave; hay planos que son un tributo a ese trabajo silencioso y apasionado".
Uno de los rasgos más destacados del film es su trabajo sonoro. Morpho Azul prescinde deliberadamente de música y apuesta a un diseño minucioso de atmosferas, donde el silencio opera como lenguaje y como tensión.
"Priorizamos no poner música. Lo que parece silencio está lleno de sonidos que habitan ese silencio. Eso pide otra concentración", comentó la directora. Esa apuesta no pasó desapercibida. El escritor Juan Manuel Díaz describió la experiencia como un estado de "pavorosa incomodidad", donde insectos, esqueletos y un drama mínimo desencadenan un terror sutil y persistente.
Defensa del trabajo audiovisual
La película fue producida con apoyo del Fondo Nacional de las Artes y la Secretaría de Cultura de La Pampa. Martín destacó la relevancia económica y cultural de filmar en el interior del país. "Hacer cine sale mucho dinero, pero también da trabajo. Fuimos un equipo de 12 personas, todas en blanco. Hoteles, traslados, comida: producir en La Pampa mueve la economía y construye soberanía cultural".
Entre quienes acompañaron el proyecto, además de Rostom en el rol protagónico, aparecen Turi Fazzini como coprotagonista; Nicolás "Niño" Giorgis, productor con dos décadas de experiencia; Silvana Staudinger como asistente de dirección; Pablo Huerta en la dirección de fotografía; Mariano Maximovic como foquista; y un diseño sonoro a cargo de Ciro Rossetti y Juan Molteni. La dirección de arte fue de Magdalena Díez, mientras que el montaje lo realizaron Martín y Nicolás Onischuk. También participaron Joaquín Neumann en fotografía fija, Waldo Martínez en el diseño del afiche y Juana Solazi en el trabajo de color.
"Fue el equipo más grande en el que trabajamos. Priorizar gente de La Pampa o de la región era importante", subrayó.
Tras su recorrido festivalero, Morpho Azul tendrá estreno en salas. La intención es que Santa Rosa sea parte de ese recorrido, aunque todavía no hay fecha definida. "Queremos estrenarlo en la ciudad, en un cine, y encontrarnos ahí con el público", adelantó la directora.