Culturales

Resignificar la pena en goce

La actriz pampeana Araceli Genovesio presentará por primera vez en Santa Rosa, su obra teatral "Amor es mirarse a los ojos y no romperlo". Será este jueves, a las 21 horas, en el Teatro Español.

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EL DIARIO digital

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La actriz pampeana Araceli Genovesio, radicada en la ciudad de Córdoba llegará este jueves a Santa Rosa para presentar "Amor es mirarse al espejo y no romperlo", una autoficción que atraviesa la relación con un cuerpo fuera de las normas hegemónicas y la búsqueda del amor, durante una infancia y adolescencia enmarcadas en el 2000 en nuestra provincia.

Esta obra nació para el Trabajo Final del Grado de la Licenciatura en Teatro de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), con la investigación Del trauma a la trama escénica, procedimientos de escritura del biodrama y la autoficción para la composición de un relato ficcional femenino.

"El eje de trabajo fue construir a partir de nuestras miserias, donde se tomó como punto de partida las experiencias vividas por la actriz Araceli Genovesio. Poetizamos sus dolores. Llenamos de pequeñas ficcionalizaciones sus relatos porque encontramos que la mentira volvía universal su historia y ya dejaba de ser solo la suya. Resignificamos esas penas en goce, en movimiento constante. Porque de eso deben tratarse las obras de teatro: movimiento y goce", destacó la compañía teatral conformada por Camilo Araya y Ailen Boursiac, en la dirección.

En una charla con El Diario, Araceli Genovesio habló sobre el surgimiento de esta obra, el proceso que encaró junto a los directores y al que llamaron "Construir desde nuestras miserias. Hacer del trauma una trama"; los aportes de los feminismos y de lo que sucede con el publico, cuando la escena se desarma.

-¿Por qué amor es mirarse al espejo y no romperlo?

-Ese título surge de una residencia artista que estaba realizando en Perú, a principio del 2020, donde me agarró la pandemia. En ese momento estaba trabajando un texto muy ficcional, sobre el amor a través de una bombacha, de una ropa interior. La protagonista contaba cómo veía el amor a través de un extravío y de los conceptos que tenía sobre el amor. Y entre esos conceptos salió esa frase, hablando un poco del amor propio, que no es tan fácil de construir cuando se tienen muchos factores en contra o se vive en algún contexto social hostil, como fueron los 90?y los 2000, en lo referente al cuerpo.

- ¿Cómo fue ese proceso que parte desde lo personal y culmina en una esta obra teatral?

- Durante la pandemia empecé a ponerle cosas a ese texto, de mi vida personal, pero siempre desde la escritura, porque estábamos confinados, pensando en algún momento llevarlo a escena. Sin embargo, no tenía una fecha, no tenía un proyecto. Iba agregándole cosas, mucho desde las imágenes sobre mi infancia y jugar con la naturaleza, con los sapos, porque me gustaban mucho los sapos y los animalitos; de escenas de boxeo con miles de tipificaciones de dietas; de lo que significa la institución médica; de la escolarización cuando sos un cuerpo no hegemónico. Pero siempre con la imagen y la poetización, no tan descriptivamente. Y llegó el momento en que tenía que recibirme. Nosotros tenemos que hacer un trabajo de investigación, como cualquier licenciatura, donde se aborda un tema, con hipótesis, y además de eso, hacer una obra de teatro, que acompañe a esa investigación. Y junto a uno de los directores, que es Camilo Araya, que es tesista, decidimos investigar sobre las posibilidades escénicas que tiene la autoficción y el biodrama. La autoficción es mezclar hechos reales con hechos ficticios. Y el biodrama, es llevar a escena un drama de una persona viva, en un contexto social, que transforma una memoria individual en una colectiva. Ese fue nuestro trabajo de investigación. Y lo llamamos "construir desde nuestras miserias. Hacer del trauma una trama". En ese proceso surge la decisión de que yo sea la actriz y él el director. Sumamos a una directora, porque para nosotros era muy importante una mirada femenina en todo esto. Y agarramos el texto y empezamos a mezclarlo y buscar situaciones dentro de la escena, dentro del ensayo. Nosotros trabajamos mucho con el cansancio. Es decir, cansar mi cuerpo porque entendíamos que cansada iban a surgir historias y anécdotas que por ahí no estaban tan en la superficie. Entonces, dentro de esos ensayos, comenzaron a salir escenas y situaciones sobre la descripción de los cuerpos, sobre un personaje simpático que se llama 'del 2006'; del que yo digo simpático pero es un bufón y dice las verdades más crueles. A ese texto inicial, lo comenzamos a mezclar con estas escenas y encontramos que ir poniéndole pequeñas mentiritas o ficcionalizando, corriendo un poco de lado esos hechos reales de mi vida, protegíamos un poco mi psiquis y volvíamos un poco universal la historia. Entonces, ya no es una obra que habla de Araceli Genovesio y su corporalidad en la llanura pampeana en los 2000, sino de la problemática de la visibilidad corporal, del trauma corporal que se nos exige y de la búsqueda del amor; porque de lo que habla la obra, a grandes rasgos, es la complejidad del cuerpo y la búsqueda del amor. Y lograr eso, emocional y profesionalmente, es muy rico. En los ensayos hubo momentos de dolor, de mucha risa, y se logró construir una obra, una forma actoral, en la que hay mucha apertura con el público. Lo que sucede pos función es que el público viene a contarnos sus experiencias, desde el amor o desde sus traumas.

- ¿Qué han aportado los feminismos en ese sentido?

- El feminismo ha aportado miradas, completamente. Si bien aún, a los cuerpos, a las corporalidades, se les siguen exigiendo modelos y formas, hoy hay otros referentes. Hoy se habla de gordofobia, gordoodiantes, se habla de cuerpos normales. Prendes la tele y ves otras corporalidades; en las redes sociales tenes modelos gordas. Nosotros creímos que la obra podía movilizar más a las corporalidades femeninas, de determinada edad y descubrimos que no, que movilizaba tanto a hombres como a mujeres, a personas trans. Que va más allá. Siempre digo, un poco en chiste y un poco en verdad, ¿por qué no nací 10 años después? Porque cuando yo era adolescente, estaba Britney Spears, Paris Hilton, el tiro bajo –que dentro de la obra tiene un lugar muy central –. Eran las únicas formas de corporalidad existentes. El modelo que se exigía en los 2000 era irrisorio. Muy pocas corporalidades podían cumplir con eso. Yo veo fotos de cuando tenía 14 o 15 años y era un cuerpo muy normal. Estoy completamente convencida de que los feminismos han aportado. Falta, pero existe y se habla.

¿Qué significa presentar esta obra en Santa Rosa?

-Volver a La Pampa siempre fue y es un desafío. En este caso más, porque salió la posibilidad de ir a Santa Rosa. Yo todavía no me animo a ir a Realicó, porque es algo muy personal. Si bien se ha ficcionalizado y está llena de pequeñas mentiras, que hace que no sean tan Araceli la que está hablando, ir a mi provincia es uno de los desafíos

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