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Casa Rosada amaga con un nuevo encuentro con los gobernadores

El clima en el Congreso encendió una luz de alerta en el Gobierno Nacional.

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EL DIARIO digital

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En un contexto de creciente distancia con el interior y un explícito desafío legislativo de parte de bloques aliados, el Gobierno nacional, a través de la Jefatura de Gabinete, proyecta convocar a los gobernadores para un encuentro presencial en la Casa Rosada. La iniciativa busca acercar posiciones y desinflar la tensión generada por el avance de proyectos que incomodan al Ejecutivo en Diputados y el Senado. Aunque la fecha no está definida, se especula que la reunión se concretaría después del 9 de julio.

La estrategia oficial es evitar la confrontación directa con los mandatarios provinciales, relativizando su responsabilidad en el aval legislativo. "No nos consta que haya sido una decisión de ellos dar quórum o firmar los dictámenes", sostuvo una fuente gubernamental, en un intento por bajar el tono a un conflicto que, según reconocen en Balcarce 50, se intensifica.

Fracasos previos

El plan del Gobierno sería repetir el esquema de un encuentro con un selecto grupo de alrededor de cinco gobernadores, posiblemente con la participación de Guillermo Francos, jefe de Gabinete. Cabe recordar que hace dos semanas el pampeano Sergio Ziliotto, Raúl Jalil (Catamarca), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz) y la vicegobernadora de Córdoba (en representación de Martín Llaryora) ya estuvieron en la Casa Rosada, sin lograr avances significativos en sus reclamos.

Los gobernadores, cada vez más cohesionados, han manifestado su malestar por distintos canales. Primero, mediante comunicados y declaraciones públicas desde el Centro Federal de Inversiones (CFI), donde expresaron su preocupación por los fondos coparticipables, la baja de la recaudación y la necesidad de modificar el impuesto a los combustibles. Estas inquietudes fueron transmitidas directamente a Francos y al secretario de Hacienda, Carlos Guberman, pero la contrapropuesta oficial fue considerada "insuficiente".

Golpes legislativos

La tensión escaló esta semana con acciones concretas en el Congreso. Los diputados de provincias aliadas, o de fuerzas locales que suelen acompañar al Gobierno, dieron quórum para tratar la emergencia pediátrica en el Hospital Garrahan, una sesión que el Gobierno siguió de cerca y celebró su colapso por las internas opositoras.

Sin embargo, el Ejecutivo sufrió un nuevo revés en el Senado. Ayer, la Comisión de Presupuesto dictaminó a favor de los proyectos de mejora para los jubilados (que ya contaban con media sanción de Diputados) y la emergencia en discapacidad, dejándolos listos para ser tratados en el recinto. Además, avanzaron iniciativas impulsadas por los gobernadores, como la automatización del giro de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las provincias y la modificación del impuesto a los combustibles para redistribuir fondos hacia los distritos.

Estas acciones legislativas son percibidas por Milei y su equipo como un atentado contra el plan fiscal. Aunque el Gobierno ya ha anticipado vetos a estas leyes, es consciente de que necesitará el respaldo de los gobernadores en el Congreso para sostenerlos.

La situación es aún más compleja en el Senado, no solo por las proporciones parlamentarias, sino por la tensa relación entre el Gobierno y la titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel. La posibilidad de que la oposición logre una nueva sesión especial genera preocupación, ya que podría sumar otros temas "urticantes" para los libertarios.

Pese al escenario adverso, en el Gobierno mantienen un tono conciliador y evitan mostrarse apurados por negociar. "Ya nos vamos a volver a sentar", aseguran, confiados en una futura recomposición del diálogo con las provincias.

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