La Pampa

El peronismo se debate entre "mover el partido" y "mostrar gestión"

Un repaso de los movimientos internos del PJ pampeano. "Hacer política, hoy, es solucionar los problemas de la gente", dijo Ziliotto a su gabinete como respuesta a Marín y a Compromiso Peronista.

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EL DIARIO digital

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El peronismo pampeano está tenso y agazapado, y en un contexto de vaivenes y terremotos, se debate entre lo que llaman "mover el partido" o "hacer política", y lo que desde la otra vereda proponen como "mostrar gestión" o "solucionar los problemas de la gente".

Imposible que el poder político pampeano no entre en tirantez con el clima que se vive en todos los ámbitos vinculados con la toma de decisiones y el Estado. El panorama de inestabilidad e incertidumbre derrama a La Pampa, que no es ninguna isla y tiene además sus propias cuentas pendientes, además de las que dispara el escenario nacional.

La vorágine de los acontecimientos políticos a veces empequeñece los asuntos del pago chico, pero sin embargo el filoperonismo se debate por una cuestión de entusiasmos y de tiempos.

Y de internas, también: hay 16 patas (ver aparte ese mapa) que merodean el armado de la alianza oficialista y esos sectores atisban que no será sencillo que la torta se reparta con satisfacción para todos y todas. Por eso en algunos campamentos apuran lo que llaman el "movimiento" del PJ, su "activación" en tono de campaña, sus formas agazapadas para afrontar un proceso electoral.

Pero como en el filoperonismo hay mil y un miradas, el sector más próximo a quienes tienen responsabilidades de gobierno prefiere no hacer olas: las huestes ziliottistas llaman desde la Provincia a la calma y la prudencia, e incluso en Santa Rosa -que tiene buena sintonía con Casa de Gobierno- se vuelcan a mostrar más hechos vinculados con la administración comunal que con los planteos ideológicos o las ofensivas pre-electorales.

El reclamo interno

Lo que Convergencia y Compromiso Peronista hicieron notar públicamente en las últimas horas ("falta política", dijo Rubén Marín; "el partido tiene que estar en movimiento", alertaron desde lo que era el "jorgismo") ya se hizo resonar en la última reunión del consejo partidario, donde esos dardazos parecían directamente dirgidos al gobernador Sergio Ziliotto y a sus hombres de confianza.

Incluso dentro de la Plural cunde la idea de que es necesario abrir más tiempo y más veces la sede del PJ, hacer reuniones en las unidades básicas y en general mover el avispero para generar un caldo de cultivo apuntando a unas elecciones que todavía ni fecha tienen.

Por algo hace unos días Juan Barrionuevo abrió las puertas de La Adela a que referencias de peso de la línea vernista/ziliottista se juntaran a ponerle un poco de pimienta a la cosa. Hubo en ese encuentro, incluso, unos cuantos funcionarios provinciales, que bancan al gobierno a capa y espada.

La queja de Marín fue más altisonante, con reproches respecto de la falta de atención. Y desde Riglos, muy coincidentemente, Ariel Rojas, Federico Ortiz, Fabián Bruna y Jorge Cabak avisaron que ganar las elecciones "no va a ser fácil" y reclamaron que se activen los órganos partidarios.

Sin elevar la voz en ese sentido, la principal figura de La Cámpora, María Luz "Luchy" Alonso, recorre la provincia también con la mirada puesta en el año que viene, y aunque hay quienes la agitan como natural candidata a vicegobernadora otros en sus mismas filas creen que a lo mejor es conveniente desensillar de esa pretensión para pelear espacios más incidentes.

En puntas de pie

La respuesta de quienes gobiernan no necesita de muchos más argumentos que las tapas de los diarios y los hechos cotidianos: la situación económica bordea los peores tiempos y no hay previsibilidad de lo que pueda ocurrir mañana mismo. Si ese contexto era el de la semana pasada, mucho más después de la renuncia de Martín Guzmán, e incluso del momento y los modos en que se produjo.

Las gobernaciones y las intendencias andan en puntas pie. Ziliotto baja su mensaje de que a nadie le prohíbe hacer política, pero aclara que no se va a mezclar en ese barro en momentos en que una porción mayoritaria de la sociedad les pide a los gobernantes medidas concretas, soluciones y respuestas, no campaña partidaria.

Sabe, además, que las encuestas le dan al gobierno provincial números que cualquier funcionario nacional (por ejemplo) abrazaría con todo entusiasmo.

Casi desde el inicio de la gestión Ziliotto escucha de dirigentes de su propio partido la necesidad de que se vuelque a asuntos de la estrategia electoral, que ponga la cara por el partido y que piense en las elecciones que viene. El gobernador contesta muy seguro de sí mismo que el mejor modo de hacer política es gestionar el día a día de un tiempo tormentoso y dar soluciones en tiempo y en forma.

Toma en cuenta, obviamente, un momento de evidente malhumor social y de enorme volatilidad en todos los sentidos, con la inflación como espada de Damocles de la sociedad en general pero de los sectores menos pudientes en particular. "Hacer política, hoy, es solucionar los problemas de la gente", bajó cómo línea en su último encuentro de Gabinete.

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