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La confesión de Purreta sobre el cuerpo de Andrea: "Me aferré al silencio para hacer daño"

En una entrevista exclusiva con El Diario, el exboxeador reafirmó, como lo hizo ante la Justicia, que los restos de la joven santarroseña están enterrados -desde hace 19 años- en el lugar que señaló en "Monte Chue". Los detalles del crimen los tiene en una carta que escribió para la familia.

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EL DIARIO digital

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Texto: Walter Goñi / Fotos: Adrián Pascual / Video: Juan Pablo Sanso

"¡Sexto alto!, buenas tardes…". "Buenas tardes, con Víctor Purreta por favor…". Así se gestó durante esta semana la entrevista exclusiva de El Diario con el autor del crimen de Andrea López, preso en la Colonia Penal, donde cumple una condena de 25 años de prisión por "homicidio simple". Ese fue el inicio de una serie de preguntas y respuestas que comenzó de manera telefónica, pero que después -en virtud de la trascendencia de sus declaraciones- terminó en un encuentro cara a cara, previo a cumplir con todos los pasos legales correspondientes.

Purreta hizo hincapié en repasar parte de su vida, antes de 2004 -el año del femicidio de Andrea-; pero también contó cómo conoció a la joven que luego asesinó, los episodios de violencia que tuvo con ella y otras mujeres antes y después del crimen y su condena por proxeneta. Además, reveló que los detalles del homicidio están en una carta que escribió para la familia y que aún no pudo entregar.

"Me aferré al silencio para hacer daño", confesó, sobre el ocultamiento del cuerpo durante casi dos décadas. Ahora la Justicia lo busca en un lote el campo "Monte Chue", ubicado a la vera de la Ruta Nacional 35, entre Santa Rosa y Winifreda, luego de que decidiera contar dónde lo enterró.

- Cuando hablamos por teléfono me dijiste que te gustaría hablar de tu vida antes de 2004. ¿Cómo fue tu infancia, tu adolescencia, la relación con tus padres?

- Me parece que la historia la tenemos todos, no solamente la tengo yo. En primer lugar, hoy cuento mi historia porque gracias a la terapia particular se pudo detectar que nosotros no nacimos para estas situaciones , sino que se va forjando de acuerdo a lo que uno va viviendo. Entonces cuando empezamos a hablar de mi infancia no fue fácil, porque fue dura, ante un viejo que tenía una política de educarte y de que la manera era a los golpes, entonces de esa forma yo me fui criando. Y tal vez surgieron cosas en mi futuro, o en el caso del error que cometí, que tenía que ver también con mi infancia. Tuve una infancia dura, donde todo se resolvía a golpes, si yo no sabía las tablas y mientras mi viejo me pegaba me decía "¿tres por ocho?, ¿cuatro por dos?"… esos errores que tuve en el pasado fueron parte de quien me tenía que criar, de mis viejos. Entonces me crié de esa manera, y yo aprendí a manejarme de esa manera.

- ¿Qué te enseñó la cárcel?

- La cárcel, en primer lugar, fue la que me condicionó, o sea la que puso un límite a mi personalidad porque yo a los 13 años me fui de mi casa cansado de que mi viejo me pegue. Y me fui de mi casa con un propósito, de no sufrir más violencia, pero hubo otro propósito que nunca me di cuenta por la edad que tenía. Y empecé a hacer cosas para poder sobrevivir en las que no tenía límites. No tenía control sobre mi vida o sobre las cosas que yo hacía. Entonces, en primer lugar, la cárcel me puso límites, límites a toda esa violencia y límites a todo ese mal que podía llegar a ocasionar y fue lo primero que encontré en la cárcel. O sea, un límite a seguir haciendo estas cosas. Y después experiencias de todo tipo, buenas, malas…de todo. Intentando sobrevivir a lo malo, pero también tomar lo bueno. Yo siempre dije no es la cárcel solo un lugar de castigo, porque hoy por hoy hay mucha reincidencia, porque están mejor dentro de la cárcel que afuera, ¿pero mejor de qué manera?…de que en la calle no tienen oportunidad de trabajo, de comida, entonces para muchos la reincidencia es porque no tienen oportunidad en la calle. Para mí (la cárcel) fue la que me condicionó y la que puso un límite en mi conducta, y desde ahí empecé a ver ese tipo de situaciones.

- ¿Te acordás vos en esa etapa de tu vida cuando sentiste que no estabas en el camino que tenías que estar, de algún delito puntual?

- Me pasó que tuve que hacer un tratamiento por estar condenado por homicidio y muchas veces estaba sentado con distintos chicos y personas privadas de la libertad por el mismo delito, y por ahí me sentía de que yo no era o no sentía que era de ese lugar. Que no tenía que estar ahí, es decir, que no tenía dimensión de lo que había hecho. Nosotros en la cárcel tenemos calificaciones cada tres meses, y para nosotros acceder a esas calificaciones hay que cumplir con trabajo, con educación, entonces por ahí había veces en las que no tenía tiempo de pensar, ni en lo que había hecho. Era como un alivio para despejarme de lo que había hecho. Y cuando estaba en esos tratamientos yo sentía que no era un lugar para mi. Entonces, llegado el momento se termina ese tratamiento (dentro de la cárcel) y para finalizar era hacer una carta a la víctima y ahí es donde no la pude hacer, porque no podía mentir. Eso fue lo que me hizo un click fundamental, tener que hacer una carta a la víctima. Había algo que se decía que no estaba comprometido, y era verdad.

- ¿Nunca escribiste esa carta?

- Sí, la escribí, pero mucho tiempo después.

- ¿No como parte del tratamiento, sino como parte de una decisión tuya?

- Como parte de una decisión mía, pero.. ¿por qué no la escribí?… porque me di cuenta de que las víctimas eran muchas, que no era solamente Andrea. O sea, atrás de Andrea hay una familia, un hijo. Entonces, primero me puse a pensar quién era la víctima.

- Cuando uno comete un crimen supongo que tiene una valoración antes y una valoración después de lo que es la vida. ¿A vos te cambió esa valoración?

- Me cambió mucho, primero porque ya tuve una condena anterior y ya desde el vamos cuando yo salí, que siempre tuve un perro para cazar, un pájaro en cautiverio, cosa que ya cuando salí no fui el mismo. Pero a través de eso vas cambiando. Esto sucedió en 2004 y de ahí en adelante hubo siempre diferentes situaciones sobre mí, y hay muchas cosas que me fueron haciendo cambiar. Pero yo siempre dije que tenía que llegar el momento, es como dije, yo me crié sin que nadie me dijera "esto está bien y esto está mal", y cuando alguien quiso decirme lo que estaba mal, sentí que me imploraba un derecho de mala manera. Entonces también me crié sin tener muchas veces idea del daño ocasionado en cuanto a mis acciones. Entonces, dentro de la cárcel pasaron diferentes etapas en la que iba cambiando también y empecé a ver cuál era mi gran problema.

- ¿Cómo conociste a Andrea?

- Con Andrea nos conocimos justamente caminando. Yo iba para un barrio con un amigo, en ese entonces era un amigo… yo vivía siempre en la zona norte y nos íbamos para la zona del barrio Matadero. Y nos conocimos en la avenida San Martín. Ella iba caminando con una amiga, yo ya era una persona medio conocida, y cuando pasamos por al lado, fue ella la que me preguntó, me dijo "¿Víctor, tenés fuego?". Entonces yo le dije, "¿Cómo me dijiste?". "Víctor". "Entonces me conocés"… ahí fue cuando empezó el trato, pero nos conocimos de casualidad, caminando.

- ¿Empezaste a tener una relación al poco tiempo o pasó mucho después de eso?

- No, ahí fue una situación rara porque mi amigo era quien deseaba salir con Andrea. Entonces ahí se generaron conversaciones, charlas… después, en un baile, ella me saludó y empezó a acercarse a mí.

- ¿Tuviste algún episodio de violencia con Andrea antes del crimen?

- Muchos, sí, varios….

- De vos hacia ella, por supuesto…

- Sí, también de ella hacia mí, delante de la familia también… o sea, yo no vine acá a mentir, y tampoco a sacar los trapitos al sol. Quiero aclarar que la situación y el problema fue mío. Porque Andrea es una víctima, pero es bueno saber la verdad que delante de la familia hubo violencia de Andrea hacia mí, violencia física. Fue en la vereda de una casa, no solamente la familia lo vio. Pero yo quiero ser sincero, no quiero que se malinterprete de que vengo a inventar… independientemente de todo, yo vengo a hablar con la verdad.

- ¿Y tuviste episodios de violencia con otras mujeres?

- También, y a futuro, a futuro…

- ¿A futuro cuándo?

- Después...

- ¿Después del crimen?

- Después del crimen…

- ¿Y esos episodios de violencia fueron creciendo en función del crimen que vos habías cometido?

- No, fueron episodios de violencia.

- ¿Andrea ejercía la prostitución?

- Sí.

- ¿Cuando vos la conociste ya ejercía la prostitución?

- Dicen que sí, dicen que no, yo ya estoy condenado y pagué. Entendamos que todos sabemos, esta cuestión pasa por saber quién sabía y quién no. Si nosotros tenemos un hijo y no sabemos lo que hacemos, entonces no podemos echarle la culpa al otro. Lo bueno de todo esto es que yo tengo que hablar de mí, pero estaría bueno que todos nos pudiéramos hacer cargo, porque el que nunca cometió ningún pecado que tire la primera piedra.

- ¿En esa situación de ejercer la prostitución, vos la animaste a hacerlo o hubo una tercera persona?

- Recién me preguntaste si ella ejercía la prostitución… ¿y ahora (qué) me preguntás…?

- ¿Si la obligabas vos o si había una tercera persona que la obligaba?

- Ya pagué la condena. La familia sabe. Y yo no tengo por qué escarbar una situación que ya está cerrada en el pasado, porque yo pagué la condena. Recién lo dije, nosotros sabemos lo que nuestros hijos hacen, entonces tenemos que hacernos cargo de lo que cada uno hace. Yo pagué la condena por promoción y facilitamiento de la prostitución, significa que sí, entonces no quiero escarbar en el pasado porque yo ya lo pagué. Pero la verdad no la puedo decir solamente yo. Porque si yo digo algo, siempre se me va a contradecir. Lo bueno sería poder ser sinceros y sincerarnos nosotros mismos.

- ¿Qué te llevó a cometer el crimen de Andrea?

- Errores, errores míos…la forma en la que me crié, la única manera en la que sabía sacar una respuesta no era hablando, perdonando, era como mi papá me enseñó. O sea, en el momento de una frustración o de un problema, ¿cómo lo tenía que solucionar? Como aprendí… ese fue mi error, de haberme educado de una manera equivocada. Si a mí me hubieran dado un libro, me hubieran enseñado, no sé… me hubiera criado de otra manera, sin golpes, sin agresiones, tal vez a futuro hubiera sabido manejarme de otra manera. Pero era la única manera que sabía. También después me pasó… hasta que no me di cuenta de que estaba enfermo y que esa enfermedad venía desde mi infancia, no iba a poder solucionar nada.

- ¿Fue algo que pensaste, que planteaste, o se dio en ese momento?

- No, jamás lo planeé, jamás… fue actuar con un enojo de mi parte, ir a resolver una frustración mía sin ir y preguntar, por qué, qué pasó, decime, contame… fue la única manera en que sabía, no sabía otra cosa. Esto era una cadena de mi abuelo a mi papá, de mi papá hacia mí.

- ¿Hubo un detonante, hubo un hecho puntual?

- Sí, hubo detonante, hubo un hecho puntual, pero no tenía porqué ser violento. El hecho puntual implicó que yo pidiera una respuesta, pero de qué manera...

- ¿Me podés contar ese hecho puntual?

- Mirá, nosotros hablamos (por teléfono) antes de tener la entrevista… y hay algo que yo no te quise decir. El hecho puntual se merece mi respeto a la familia. Es decir, no puede enterarse la familia de lo que pasó ese día a través de una entrevista. Si la familia lo quiere compartir con la sociedad, bienvenido sea, pero yo no tengo por qué explicar.

- ¿Ellos saben, se los dijiste en algún momento?

- Ellos saben, yo te puedo confirmar que ellos saben… veremos si pueden decirlo. Pero sabés por qué saben, porque yo a mi hijo no le oculté nada.

- Sin abordar el tema puntual, pero por lo que pasó ahora, que se está buscando el cuerpo de Andrea, ¿vos podés contar cronológicamente qué pasó esa noche?

- Sería lo mismo…. lo que sucedió después del crimen fue intentar de mi parte algo que siempre lo dije, por qué lo hice. Yo no nací para ocultar un delito….yo no nací para ocultar un delito... lo que venía viviendo a través de los años, cazador furtivo, dispararle a la Policía, historias de mi abuelo en la época de los militares, muchas cosas tenían que ver con lo que yo era. Yo no tenía experiencia y en esa época no había televisión (sic)….o sea, intentar ocultar un delito no fue una experiencia mía para decir lo hice todos los días. Fue un instinto que salió de mí.

- El cuerpo de Andrea, ¿está en ese lugar?

- Sí... sí.

- ¿Lo van a encontrar fácilmente, lo enterraste de manera profunda, o está ahí cerca de la superficie?

- A mí me pasó algo ese día, que no fui preparado... pasaron 20 años para dar un lugar exacto. Pero sí, lo van a encontrar, lo van a encontrar, no cabe ninguna duda.

- ¿Por qué tardaste tanto en decir dónde estaba el cuerpo?

- Primero, como te dije, si yo no me daba cuenta de que estaba enfermo, podría haberme muerto con el hermetismo de saber… podría haber guardado lo que yo dije. Al principio me molestaba escuchar cosas que no eran ciertas. La primera situación que a mí me molestó fue cuando de parte de la familia intentaron agravar el delito que yo había cometido. Dijeron que Andrea estaba embarazada, ese era un agravante para que la Justicia tome y para que se agrave la situación. Lo primero que me molestó es que dijeran que Andrea estaba embarazada. Ahí me enojó mucho. Después pasaron muchas cosas… o sea, cuando mi hijo pidió permiso para verme, le dijeron que vaya al psicólogo y el psicólogo le dijo que no. Cuando se lo llevaron a Córdoba, porque él no quería verme, cosa que eran mentiras.

Entonces yo me fui alimentado de todo. Entonces mi dolor de no poder decir nada era el silencio. Hacer silencio ante esa impotencia y esa bronca de no poder hacer nada. Y siempre decía, "qué bueno sería poder decir la verdad"….yo sentía que me atacaban con una estrategia de intentar quebrarme, y utilizar la parte mala en la que iban alimentando también otras cosas. Entonces también me aferraba al silencio para hacer daño. Llegado el momento, cuando tuve que hacer la carta a la víctima, como dije, me di cuenta de que yo seguía haciendo daño con algo que yo ocasioné. Todo esto de cambiar en mí, tiene que ver con todas estas cuestiones.

Yo mantenía silencio sintiéndome poderoso de algo que me atacaban por culpa mía. La mentira no iba, pero nadie vino a hablar conmigo de buena manera. Utilizaron la estrategia de quebrarme. Pero es como yo dije, yo no salí a hablar. Se alimentaba el fuego con más leña…desde el vamos, desde la investigación con la Brigada de Investigaciones, desde ahí en adelante, con el tema de que Andrea estaba embarazada. Bueno, ahora se puede comprobar. Todas esas cosas me alimentaban para decir no inventen, no busquen, porque les voy a hacer daño…entonces, quería dañar a quienes mentían con un daño que yo mismo había hecho.

* La carta, la relación con el hijo que tuvo con Andrea, dos intentos de asesinato, su postura sobre las salidas transitorias y la reinserción en la sociedad, entre otras cosas, en la edición impresa de este domingo 6 de agosto. ¿Está arrepentido?

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