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El calvario de la familia Covella: "Nos convirtieron en parias y perseguidos"

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Este martes se retomaron las audiencias del Juicio Subzona 14 III. El emotivo testimonio de un hijo de Santiago "Cholo" Covella sobre su secuestro, los tormentos y la persecución.

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EL DIARIO digital

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"Nos convirtieron en parias y perseguidos", dijo Guillermo Covella, este martes, durante el tercer juicio de la Subzona 14, para contar que su padre, Santiago "Cholo" Covella, fue víctima directa de la represión ilegal, pero toda su familia sufrió las consecuencias.

Este martes se reanudó el tercer juicio de la Subzona 14 y declaran cuatro testigos: además de Covella, Graciela Espósito, Rosalinda Gancedo y Hugo Ferrari, todas víctimas que pertenecían a la UTN de General Pico.

La audiencia se desarrolló desde la hora 8,30 horas, hasta después del mediodía. Es la única jornada de la semana, ya que las programadas para los días 4 y 5 del corriente, han sido suspendidas por agenda del Tribunal.

La familia, otra víctima

En primer lugar, Guillermo Covella declaró este martes en calidad de hijo de Santiago "Cholo" Covella, que fue estudiante de la UTN y ministro del gobierno provincial, secuestrado y salvajemente torturado por la patota de la Subzona 14 durante la dictadura. Covella recobró su libertad luego de 13 meses y cuatro días detenido en abril del 77. Declaró en el primer juicio a los represores, en 2010, y falleció cuatro años después.

"Mi papá fue víctima directa de la persecución política por peronista y su presencia en el gabinete de Regazzoli, era estudiante de la UTN a punto de recibirse, pero toda la familia fue víctima también", aclaró este martes uno de sus hijos.

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Relató que él era aún un niño cuando volvió a ver a su padre después de la detención en Rawson cuando recuperó la libertad. "Durante tres días recibimos gente que fue a saludarlo desafiando las restricciones, en un gesto que valoro cada día más. Sobrevivimos apoyados por un montón de gente, con un valor humano y una conciencia de la solidaridad y el amor impresionante. Muchas de esas personas son víctimas que también están en estos juicios y tienen mi consideración permanente por el valor que tuvieron. Era imposible pensar en esa reunión en plena dictadura", rememoró.

Guillermo tenía 9 años y su hermano 5 al momento del secuestro de su padre. "Cuando regresó, después de un año y cuatro meses, mi hermano no lo reconocía, se escondía", confió.

El testigo no tuvo conciencia en aquella época de las torturas que sufrió su padre, pero ya de grande lo acompañó al médico y se enteró de las lesiones y secuelas que le quedaron por los tormentos durante el cautiverio, en riñones, intestinos y testículos, por la aplicación de la picana eléctrica y golpes. También tuvo secuelas en los oídos y la dentadura. Dijo que arrastró, además, marcas sicológicas de por vida.

Un vía crucis

Guillermo Covella contó que su padre era una pesona multifacética, estudiante, músico, trabajaba, estudiaba y era padre de familia y evangélico. "Fue encarcelado sin causa ni juicio, perdió el trabajo, fue secuestrado y maltratado, fue proscripto para poder seguir estudiando. Eso nos situó a nosotros en una situación de parias y perseguidos aunque con un respaldo social potente. En esa situación desgraciada teníamos el apoyo de la familia y los amigos queridos que arriesgaba su vida para poder acompañarnos", destacó.

cholo covella

"Mi casa era un lugar abierto, había grupos de estudiantes que iban a aprender, compañeros que iban de pequeñas localidades de la provincia, encontraban apoyo para empezar a estudiar y contención familiar. Había reuniones artísticas que podía quedarse días en mi casa. Había reuniones políticas abiertas porque se ejercía ese derecho, había reuniones religiosas, donde se congregaba gente de distintas afinidades. Había un clima muy abierto y eso se perdió el 24 de marzo cuando un comando conjunto irrumpió en mi casa", rememoró.

"Mi papá fue detenido sin orden ni proceso. Quedamos con mi mamá quedamos sorprendidos e inermes. Empezó un vía crucis difícil de sortear, nos tuvimos que ir de la casa porque vigilaban la casa en forma ilegal, y nos fuimos a lo de unos tíos que nos acogieron", relató.

"Los primeros días fueron de zozobra importante porque no se sabía donde estaban y después de 40 días empezaron las visitas. Concurrí con mi mamá y mis tíos a la Unidad 4 de Santa Rosa y nos encontramos con él y con gente amiga que veíamos frecuentemente, Acátoli, Gil, conocimos a la familia Bertón y Ferrari. Y me acuerdo pasar esas jornadas en las rodillas de mi viejo tratando de tener un momento de vida normal", detalló.

Luego Covella mencionó que el traslado de su padre a Rawson añadió más penurias porque con su hermano ya no pudieron visitarlo.

Recordó que cuando su padre recuperó la libertad prosiguió "el calvario de la persecución" porque seguía vigilado y los amigos que le daban trabajo quedaban expuestos por auxiliar a "un subversivo". "Con esas restricciones sociales y materiales terminamos la escuela e hicimos nuestra adolescencia", dijo.

Con la vuelta a la democracia, recordó que su padre pudo reintegrarse con esfuerzo a la vida social y política, incluso fue funcionario provincial de Industria y jefe regional de Anses en otra etapa. "No olvidó lo que había pasado y respaldó a los compañeros que continuaron en la lucha por la justicia", finalizó el recorrido de su padre.

Finalmente, mencionó el "orgullo" que siente por su padre, destacó el acompañamiento de la UNLPam como querellante en el juicio y resaltó la realización de los juicios por las violaciones a los derechos humanos porque "es necesario reconstruir el estado de derecho y permitir la acción de la justicia en favor de las víctimas, si no sostenerlo a cualquier precio porque estamos viendo como desde el estado se ha perseguido a civiles que con todo derecho ejercen su vida pública".

"Es necesario que el poder político y judicial no permita persecuciones políticas en democracia, porque sobrevuela la sombra del negacionismo de algunos sectores de la sociedad. Es una sombra ominosa que oscurece a la democracia", lamentó.

Aragonés, el apuntador

Este martes, además, declararon Hugo Ferrari y Rosalinda Gancedo, también víctimas que pertenecían a la UTN de General Pico. Ambos le apuntaron al sindicalista derechista Carlos Aragonés como instigador de los secuestros ilegales de los estudiantes de esa facultad.

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Ferrari ya había declarado en juicios anteriores. El periodista fue detenido en General Pico en dos oportunidades sin causa, la primera el 24 de marzo y la segunda el 7 de mayo, ambas de 1.976. En total, estuvo casi dos meses preso. Ferrari adjudicó su detención a que el sindicalista piquense Carlos Aragonés había apuntado su nombre a los represores porque él era funcionario de la UTN y desde esa facultad habían rechazado que la CGT copara la institución.

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Por su parte, Rosalinda Gancedo -también ya había declarado en debates anteriores- rememoró que era estudiante de la UTN y fue detenida en dos oportunidades. La primera detención la padeció en enero de 1.975 cuando, y luego el día del golpe.

En la Primera de Santa Rosa fue interrogada vendada en la planta alta de esa dependencia padeciendo hostigamientos y simulacros de fusilamiento. Le preguntaban por la orientación ideológica de la conducción de la UTN y "dónde estaban las armas". Obtuvo su libertad en abril de ese año.

También adjudicó su detención a la estigmatización por "trapos rojos" y "subversivos que habían tomado la facultad" que la CGT local, de Aragonés, realizó a través de los diarios en los meses previos al golpe. Dijo que en su primera detención, Aragonés, que iba en un patrullero con policías, la señaló en la calle: "Llévenla, es de la facultad".

Gancedo recordó que el entonces obispo católico Adolfo Arana pasó por su celda cuando fue a visitar a Mireya Regazoli, la hija del exgobernador que también estaba secuestrada, y cuando ella le dijo que quería la libertad, el religioso le contestó algó así como "estás acá por que no te portaste bien".

Preventivas

Por otra parte, han surgido novedades acerca de la situación de los procesados, como la prórroga de las prisiones preventivas de los imputados, Carlos Roberto Reinhart, Néstor Omar Greppi, Luis Enrique Baraldini, por el lapso de seis meses según lo expresa el art. 1º de la ley 24.390 – modificada por ley 25.430.

"En ese contexto desde el MPPDH seguimos exigiendo que su prisión se cumpla en Cárceles Comunes", informó ese organismo.

El Tribunal Oral Federal de Santa Rosa requirió al titular del Ministerio de Defensa de la Nación "que suministre las bitácoras de vuelo de las Fuerzas Armadas realizadas desde y hacia la Provincia de La Pampa en el período 1976-1983 y el correspondiente registro de tripulaciones que abordaron dichos vuelos, horarios, rutas, motivos, pasajeros, idéntica solicitud se le efectúa al titular del Ministerio del Interior de la Nación con relación al Servicio Penitenciario Federal".

Estudios de salud

En tanto, respecto al estado de salud de los Imputados, las querellas pidieron al Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional, que se otorgue un nuevo turno para examinar a Néstor Omar Greppi en forma remota atento la situación de internación domiciliaria del mismo.

Además se informó que se reprogramó para el test neurocognitivo a Luis Baraldini para el día 4 de Agosto a las 11 hs. en sede del Cuerpo médico Forense, y para tal fin se requiere a la Comisaría Vecinal 7, de la Policía Metropolitana, que a modo de colaboración, realicen el traslado del mismo, y luego lo reintegren a su domicilio.

"En este sentido, recalcamos que el acusado se ausentó a las dos pericias anteriores, motivo por lo cual desde el MPPDH pedimos la asistencia de una psicóloga y un médico clínico como peritos de partes expertos en simulaciones, ya que muchos de los genocidas han simulado tener incapacidades para disminuir sus condenas", informó el Movimiento en su carácter de querellante.

"Ante el inicio de las audiencias, resaltamos que continuarán tal cual lo solicitamos desde las querellas, por grupo y/o colectivo, por lo que declararán mañana Guillermo Covella (hijo de Santiago) Graciela Esposito, Rosalinda Gancedo y Hugo Ferrari, todos pertenecientes a la UTN", detalló el MPPDH.

"También llamamos la atención que todos los condenados e imputados están cumpliendo prisión domiciliaria por distintas circunstancias, y en consecuencia, reafirmamos que seguimos exigiendo que todo tipo de detención de los genocidas, sea preventiva o ejecutiva, debe cumplirse en cárcel común. Como siempre decimos: En La Pampa, seguimos juzgando Genocidas", exporesó el Movimiento Popular Pampeano por los Derechos Humanos.

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