La Pampa

Un país del Pacífico nos pone en jaque ambiental

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Hace una semana nos preocupamos sobre la posibilidad de realizar extracción de petróleo por medio de fracking en Mar del Plata, pero hoy esto parece pequeño en comparación con una nueva forma de extracción marítima. En esta nueva columna ambiental, vamos a hablar sobre la minería en altamar.

Por Florencia Srur (*)

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EL DIARIO digital

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Nauru, una pequeña nación insular en el océano Pacífico, exige desde hace algunos años que se le permita realizar minería en el fondo del mar. Esto pone en alerta al mundo científico ambiental debido a que puede desencadenar una serie masiva de extracciones mineras en el fondo del océano, lo cual puede tener grandes impactos ambientales. Lo que se quiere extraer específicamente son unos denominados "nódulos" que son ricos en cobalto y otros metales valiosos que podrían ser útiles para baterías y sistemas de energía renovable. Todo esto potenciado por la necesidad de una transición hacia una economía libre de combustibles fósiles.

Lamentablemente, aún no se tiene tanto conocimiento científico sobre cómo se comportan las llanuras abisales o del fondo marino, pero se estima que son ecosistemas altamente complejos, ricos en biodiversidad y delicados, por lo que, y regidos por el principio precautorio, no se aconseja realizar este tipo de actividad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuenta con distintas comisiones o secretarías que se encargan de distintos temas, entre ellas se encuentra la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM), que supervisa el fondo de los océanos. Por su parte, Nauru ha activado una cláusula de "letra chica" que podría acelerar el proceso minero, una subcláusula de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que permite a los países apretar un "gatillo" acelerador de dos años si sienten que las negociaciones van demasiado lentas. Este país en asociación con la empresa minera DeepGreen sostiene que la comunidad internacional tiene el "deber" de hacer este movimiento para ayudar a alcanzar la "certeza regulatoria". Entre las justificaciones de este país se encuentran su vulnerabilidad ante el cambio climático (por la elevación del nivel del océano Nauru puede desaparecer) y su "buena voluntad" por las energías renovables.

Mientras tanto, el Fondo Mundial para la Naturaleza exige que la prórroga se mantenga para poder, al menos, tener un mayor entendimiento de los posibles impactos que pueda traer esta actividad. Y la ONU y la AIFM dicen que ninguna empresa submarina debería comenzar a minar en los próximos años.

Por el momento, Nauru se volvió tema de interés a nivel internacional y nos pone a recapacitar hasta dónde el uso de energías renovables no puede llegar a ser igual o más perjudicial que los combustibles fósiles. Claro que si ponemos en la balanza, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero son un problema que hay que cortar ya y el uso de energías no contaminantes es necesario. Pero hay que poner el ojo en que la generación de estas no sea un perjuicio.

El camino a la sustentabilidad no es en línea recta, aún debemos pasar algunos obstáculos, sobre todo relacionados a la falta de entendimiento científico de algunas zonas de nuestro planeta. La investigación y el avance tecnológico deben ir de la mano con la comprensión de nuestro mundo. Por lo pronto, aún nos queda esperar para ver qué pasa también con la Evaluación de Impacto Ambiental en "La Feliz".

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MP Nº 365. Email: [email protected].

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