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Murió a los 77 años Michael Lang, creador del festival Woodstock

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Padecía linfoma de Hodking. Junto a Joel Rosenman y John Roberts organizaron en 1969 el festival Woodstock, uno de los más importantes de la historia del rock.

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EL DIARIO digital

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La imagen cuasi divina de sus rizos indomables surcando la explanada de Woodstock a lomos de una moto BSA es una de las estampas icónicas por excelencia de la mitología musiquera de los años sesenta. La fotografía, evocación de un tiempo en el que podía hacerse historia en la industria de la música en directo sin emporios patrocinadores ni millones de seguidores virtuales, fue tomada durante los preparativos del evento que él mismo organizó en los terrenos de la familia Yasgur en Bethel (Nueva York) en el verano de 1969, y cuyo éxito le valió un puesto de honor en las páginas de los anales del rock''''n''''roll.

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Michael Lang, creador del Festival de Woodstock, ha fallecido este sábado a los 77 años por un linfoma de Hodgkin dejando una interesantísima biografía con un triste capítulo final, el de la edición de 2019 que fue abortada en el último momento tras una cadena de despropósitos organizativos que provocó la desbandada de los artistas en cartel.

El evento original tampoco es que fuera un alarde de eficacia, por mucho que se quiera romantizar. Los promotores se vieron desbordados en todos los sentidos, se tiraron abajo las vallas, hubo escasez de comida, agua y medicinas, los músicos no se electrocutaron de milagro cuando la lluvia empapó el precario cableado de las actuaciones, y murieron tres asistentes por diferentes motivos. Pero hubo suerte, y lo que podía haber acabado en tragedia terminó siendo considerado el punto de inflexión definitivo en lo que por entonces empezaba a considerarse "cultura juvenil".

Nacido en Brooklyn en 1944 en el seno de una familia judía, Lang dio un vuelco a su vida cuando en 1967 abandonó la universidad para abrir una tienda de parafernalia cannábica en Florida. Allí se relacionó con todo tipo de personajes del mundo de la música que le abrieron los ojos a un nuevo negocio, el de los conciertos, y en cosa de un año ya se había convertido en uno de los promotores más relevantes del estado. En 1968 reunió a más de 25.000 personas en el 1968 Pop & Underground Festival, conocido como Miami Pop Festival, una suerte de puente entre el seminal Monterrey y el Woodstock que tendría lugar un año más tarde, que reunió a figuras como Jimi Hendrix, Frank Zappa, John Lee Hooker, Arthur Brown o Blue Cheer.

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Tras el éxito de aquel macroconcierto, Lang se mudó a Woodstock y empezó a pergeñar el encuentro hippie por antonomasia junto a Artie Kornfeld, John P. Roberts y Joel Rosenman. Tras muchos avatares, el emplazamiento del festival quedó fijado noventa kilómetros más al norte, en la mencionada localidad de Bethel, y el resto es historia. Mil y una veces contada, además.

Un año después, los Rolling Stones le llamaron para que los sacara del atolladero en el que se habían metido al organizar el festival de Altamont en San Francisco, pero no tuvo ni el tiempo ni los medios para evitar el desastre. En aquel "Woodstock de la costa oeste" murió un asistente a manos del cuerpo de seguridad formado por los ángeles del Infierno, y los conciertos acabaron sumidos en un caos de violencia y malos viajes de ácido.

Después de aquello, Lang cambió su actividad como empresario de directo por la del management de artistas y fundó el sello Just Sunshine Records, que produjo y lanzó más de 40 álbumes de artistas como Karen Dalton, Betty Davis o Mississippi Fred McDowell y gestionó las carreras de Joe Cocker, Rickie Lee Jones, Willy DeVille o Tarkan. Su agencia llegó a interesarse por los artistas españoles El último de la Fila, pero estos declinaron la oferta. En este campo, su mayor ocupación fue la de ser manager de Joe Cocker, con quien mantuvo una estrecha relación de veinte años que le valió una aparición estelar en el videoclip de ''''You Can Leave Your Hat On'''' haciendo de trompetista.

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En los noventa volvió a picarle el gusanillo festivalero y montó Woodstock ''''94 con sus socios Roberts, Rosenman y el coproductor John Scher, en lo que sería su último gran éxito empresarial, ya que cinco años después, la edición de 1999 fue una auténtica calamidad. Lo organizó en una base militar para tener controlados los accesos y evitar que la gente se colara, y puso unos precios desorbitados en las bebidas que enfureció a unos asistentes achicharrados sobre un suelo de cemento que aumentó las altísimas temperaturas que se registraron durante el festival. La tercera noche de conciertos, estalló una revuelta que acabó con el recinto plagado de incendios, peleas y violaciones.

Lang no volvió a intentar emular Woodstock una vez más hasta su quincuagésimo aniversario en 2019, cuando trató de confeccionar un cartel con Santana, David Crosby, John Fogerty, Robert Plan, Country Joe McDonald y otras leyendas. Pero los cambios de ubicación y los impagos de adelantos dieron al traste con este último homenaje a la reunión que cambió el mundo «al menos por un instante», como dijo en su entrevista con ABC hace seis años. "Simplemente, proveí del espacio y del tiempo necesario para que miles de personas se reafirmaran en sus creencias, en sus reflexiones sobre la cultura, de que reafirmaran su compromiso con esos valores. Todo aquello resultó en una gran demostración al mundo de lo que era el movimiento contracultural, de su trasfondo y su relevancia, generando un sentimiento de enorme esperanza para muchísima gente".

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